El verdadero agujero de la CAM está todavía por detallar, a la espera de la auditoría en profundidad que realice este mes KPMG de su balance.
Al menos, los activos tóxicos que acumula la entidad alicantina asciende a 6.879 inmuebles (pisos, garajes y oficinas) que tiene a la venta a través de su filial Mediterranean. En ellos no se incluyen los solares que ha recibido a cambio de dación en pago de créditos concedidos a promotores.
Según el valor medio de cada unidad, unos 150.000 euros, la tasación total de esta cartera asciende a más de 1.000 millones. Los inmuebles están situados en toda la geografía del país, principalmente, en la costa mediterráneo. Muy pocos se concentran en las dos grades ciudades, Madrid y Barcelona.
Algunos casos son llamativos, como un Palacio en Palma de Mallorca, del que intenta deshacerse por un importe de 8 millones.
En muchos inmuebles, la CAM ofrece la posibilidad del alquiler en vez de la compra-venta o un sistema de alquiler con derecho de adquisición posterior.
Descuentos del 50%
Con el objetivo de desprenderse cuanto antes, la entidad ofrece descuentos en el precio de hasta el 50 por ciento para la séptima parte de los activos, poco más de 1.000 viviendas. Además, como la mayor parte del sector, dispone para los compradores de líneas de financiación para hacer frente a la operación, cuyo volumen supone la totalidad del coste.
En los últimos años, todas las entidades han sacado paquetes inmobiliarios procedentes de impagos para descargar el nivel de provisiones y aliviar su cuenta de resultados, pero ninguno de ellos se ha acercado a los niveles de la alicantina. |