La Caja de Ahorros del Mediterráneo forzó su intervención por parte del Banco de España con la decisión de amortizar sus cuotas participativas anunciada el 21 de julio; Esta medida no fue aprobada por el supervisor, sino que se planteó como un desafío al mismo por parte del entonces presidente de la entidad, Modesto Crespo, según confirman varias fuentes conocedoras de los acontecimientos. Desafío que perdió, puesto que el gobernador Fernández Ordóñez decretó su intervención al día siguiente.
Este enfrentamiento se ha hecho patente tras la decisión del Banco de España de revocar la citada recompra de las cuotas el miércoles, lo que provocó ayer que se hundieran el 50% en bolsa hasta 1,70 euros. Esta revocación se justifica porque la CAM no se puede permitir una salida de capital para pagar las cuotas (unos 240 millones) cuando lo que necesita es recapitalizarse. Entonces, la pregunta es por qué se le permitió aprobar la recompra en julio cuando ya se sabía que necesitaba una inyección de 2.800 millones.
La respuesta es que no se le permitió. Fuentes cercanas a la entidad aseguran que el consejo de la CAM adoptó la decisión por su cuenta y riesgo en contra del criterio del supervisor, con intención de echarle un pulso. Otras fuentes del sector añaden que "era inconcebible que el Banco de España autorizara que recompraran las cuotas, pero el consejo de CAM demostró una osadía enorme".
En julio, desde el entorno de la entidad se explicó que se trataba de allanar el camino para la entrada del fondo público de rescate, como una forma de evitar conflictos de precios entre la valoración a la que iba a comprar el FROB y la que marcaban las cuotas. Lo que se ha sabido ahora es que pretendía justo lo contrario: evitar que el Banco de España tomara el control de la entidad.
Crespo subestimó a MAFO
Aunque el consejo que controlaba la CAM antes de la intervención guarda silencio, parece evidente que pensó que, con su tamaño y siendo el problema sistémico de la banca española, MAFO no iba a atreverse a intervenirla. Y menos en plena crisis de la deuda europea y unos días después de declarar que ninguna entidad española necesitaba más capital tras los test de estrés.
Además, así la CAM aparecía como el ´bueno´ que ofrecía a los tenedores de los títulos (clientes de la caja en su mayoría) una salida a un precio muy superior al que iba a pagar el FROB, con lo que cualquier oposición del Banco de España le haría aparecer como el ´malo´. Que es exactamente lo que ha ocurrido ahora con la anulación de la recompra de las cuotas.
Sin embargo, por una vez no le tembló la mano al gobernador, cuya reacción fue fulminante: al día siguiente intervino la entidad. Con el añadido de que hizo aparecer al consejo de CAM como responsable de la misma, ya que el comunicado del Banco de España aseguraba que la había solicitado ante la "imposibilidad de encontrar de inmediato una solución viable para el negocio financiero" del grupo. |