Los acreedores serán más agresivos que la CAM a la hora de aceptar el plan de negocio diseñado por la promotora para evitar el concurso.
El canje de deuda por activos acordado entre la CAM y Hansa Urbana marcará el camino para el resto de entidades financieras acreedoras de la promotora alicantina. El esquema basado en la permuta de parte de pasivo por activos de la compañía se repetirá con el pool bancario con el que la firma de los Gálea todavía tiene que cerrar un acuerdo. No obstante, este grupo de entidades, entre las que se encuentran el Banco Santander, el Sabadell y Banesto, se mostrará más agresivo por la situación de baja actividad que atraviesa la empresa (sus ventas han pasado de 246 millones en 2007 a 63 millones en 2009).
Hansa espera, una vez que ha culminado la renegociación de su endeudamiento con la CAM y que le ha permitido salvar el match ball del concurso de acreedores, que el resto de la banca acreedora dé el visto bueno al plan de viabilidad que ha elaborado de la mano de la consultora Deloitte. Según ha podido saber EL MUNDO, este plan de negocio traza un horizonte provisional a cinco arios, en los que la compañía debe adaptarse a una situación de caída de ingresos y desplome de los recursos generados, soportando además una fuerte carga financiera que sostiene una elevado volumen de suelo.
Bajo estos parámetros, que obligarán a una dura reducción de gastos y personal, la empresa confía en convencer a la banca reduciendo la deuda a cambio de activos, y en reestructurar el resto a mayores plazos, tres o cinco años, estableciendo períodos de carencia de capital.
La deuda de Hansa con las entidades financieras alcanza los 226 millones. De ellos, 129 millones son a corto plazo. Un primera etapa de este plan de viabilidad se ha completado con la CAM. La promotora inmobiliaria ya ha cerrado la renegociación del pasivo que mantenía con la caja: la entidad se ha quedado con activos de la compañía valorados en 108 millones de euros (suelo residencial en México y España, además de complejos y empresas turísticas, entre ellos el Novo Cancún y el proyecto de Baja California), a cambio de reducir la deuda de la empresa en esta misma cantidad, tal como avanzó este diario el domingo.
Además de recortar el considerable riesgo contraído con Hansa, la CAM logra de paso mejorar su posición como acreedor ante un supuesto concurso de la promotora. Sin esta operación y en el caso de que se hubiera iniciado el temido proceso concursal, los créditos de la caja habrían quedado subordinados, de forma que la CAM habría sido de los últimos acreedores en cobrar su deuda. |