La llegada del verano se ha plasmado en las ofertas del mercado hipotecario
Las entidades financieras han aprovechado el cambio de estación para tratar de animar un sector que continúa anclado –y ya son tres años– en niveles mínimos de contratación. Como era de esperar, dada la pesada digestión de ladrillo que pesa sobre los balances de la banca, las mejores condiciones para firmar hipotecas están ligadas a los inmuebles de las entidades. En ese marco, los solicitantes de un préstamo hipotecario pueden obtener todavía el 100% de financiación, además de unos plazos de amortización sustancialmente más largos.
Se trata de condiciones que en los años de la burbuja inmobiliaria formaban parte del uso común del mercado, pero que en estos momentos constituyen un reclamo para tratar de aligerar la cartera inmobiliaria de las entidades. Entre las novedades que han llegado con la temporada estival destacan los préstamos hipotecarios para adquirir inmuebles de Sareb o banco malo.
Después de Banco Santander y CaixaBank, primeras entidades que cerraron acuerdos en este sentido, le ha tocado el turno a Banco Sabadell, que ha lanzado un préstamo similar. Muy probablemente otras entidades irán sumándose a esta tendencia, que cuenta con una amplia oferta que presentar al mercado. No en vano, Sareb mantiene en su cartera un total de 55.700 viviendas y otros 30.000 activos anexos, como plazas de garaje y trasteros.
La tercera gran vía de mejora de la oferta sigue siendo la banca online, pese a que los últimos meses los diferenciales que se aplican sobre el euríbor se equiparan prácticamente a los que ofrecen las entidades tradicionales. Aun así, el mercado online está evolucionando hacia un modelo personalizado, y son cada vez más las entidades que fijan sus condiciones de contratación en función del tipo de cliente y de su relación con el banco.
Ese modelo de banca a medida puede ser una estrategia efectiva en la carrera por atraer al cliente. En el capítulo de las hipotecas a plazo fijo, con una oferta más escasa, los tipos de interés que se ofrecen oscilan entre el 6% y el 8%.
Sin duda, la mejora de las condiciones de los préstamos hipotecarios constituye una herramienta clave para hacer revivir un mercado que parece incapaz de repuntar. La otra –todavía más efectiva– pasa por un descenso aún más intenso del producido hasta ahora en el precio de los inmuebles.
El precio del metro cuadrado ha descendido un 29,5% desde su nivel máximo, que fue alcanzado en el primer trimestre de 2008. Se trata de un notable descenso, es cierto, pero no suficiente. El único modo de hacer repuntar la compraventa de vivienda en España es ajustar más los precios. De lo contrario, los rigores de la crisis y la persistente desconfianza en el futuro seguirán manteniendo el ladrillo congelado
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