La entidad considera la indemnización que solicita la exdirectora general completamente desorbitad
La exdirectora general de Caja Mediterráneo (CAM). Antonio Amorós.
EFE / ALICANTE La abogada de la Caja Mediterráneo (CAM) ha considerado desproporcionada la petición de diez millones de euros de indemnización en concepto de lucro cesante solicitada por la exdirectora general de la entidad María Dolores Amorós durante el el juicio por despido que se celebra en Alicante. A esta cifra, que Amorós reclama por despido improcedente, se sumaría una segunda indemnización por el tiempo trabajado, cuya cuantía aún no ha sido expuesta. Su petición ha sido expuesta en el inicio de la vista oral que por este hecho se celebra en el juzgado de lo Social 4 de Alicante, cuya sesión es seguida por una veintena de medios de comunicación y por un grupo de titulares de acciones preferentes. En su exposición de hechos, la abogada de la entidad bancaria alicantina ha apuntado que Amorós "falseó cuentas, manipuló resultados y ocultó información". Ha explicado que la exdirectora general de CAM, cargo que ostentó entre diciembre de 2010 y septiembre de 2011, informó al Consejo de Administración y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de "la buena situación de CAM" en el primer trimestre del año pasado cuando "la morosidad de los créditos y la falta de provisión" ante los impagos era evidente. La letrada de Banco CAM ha incidido en que, si bien Amorós "transmitía tranquilidad" y aseguraba "la viabilidad" de la entidad, "la realidad" era de "una liquidez comprometida", "un deterioro de los activos", "una reducción de los márgenes" y "falta de confianza externa". Fuentes del entorno de la exdirectora general han adelantado que Amorós tiene previsto pedir que su despido sea declarado improcedente, decisión que, de alcanzarla, podría conllevar el cobro de una indemnización cifrada, según la acusación particular, en diez millones de euros. Además, Amorós instará a que se respete la pensión vitalicia de 369.497 euros al año aprobada cuando estaba al frente de la entidad y que fue derogada posteriormente. Amorós fue despedida el 28 de septiembre de 2011 por los nuevos administradores de CAM a raíz de la intervención del Banco de España en julio de ese año, que, a través del FROB, capitalizó la CAM con 2.800 millones de euros mediante la compra de acciones y de otros 3.000 millones para dar liquidez inmediata.
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