El regulador imputa a los miembros del órgano supervisor de la caja haber desobedecido unas órdenes que nunca les fueron comunicadas
M. A. RUIZ COLL / ALICANTE
Día 24/02/2012
Una de las infracciones que el Banco de España imputa a los 48 consejeros y ex directivos de Caja Mediterráneo (CAM) a los que ha abierto expediente disciplinario es haber incumplido el requerimiento que el regulador dirigió a la entidad financiera alicantina el 14 de diciembre de 2010, cuya aplicación podría habría evitado la quiebra de la caja.
El escrito firmado por el director general de Supervisión del Banco de España, Jerónimo Martínez Tello, daba al equipo directivo de la CAM instrucciones expresas para evitar que la caja quedara descapitalizada como consecuencia de los elevados riesgos que había contraído en el sector inmobiliario y del creciente índice de morosidad provocado por la crisis económica.
Martínez Tello concluía su escrito de cinco páginas, al que ha tenido acceso ABC, instando al presidente Modesto Crespo a comunicar el contenido de la carta tanto a los miembros del consejo de administración como a los de la comisión de control. Efectivamente una semana después, el 21 de septiembre, la directora general de CAM, María Dolores Amorós, fue la encargada de informar al consejo de administración sobre el requerimiento del Banco de España, en una sesión durante la cual leyó íntegramente el contenido de dicho escrito.
Hay «deficiencias críticas»
La carta informaba del resultado de la labor desarrollada durante los ejercicios 2009 y 2010 por los inspectores del Banco de España, que habían detectado «deficiencias críticas en la gestión del riesgo crediticio» de la CAM que colocaban a la caja en «una posición delicada durante la actual crisis de liquidez».
El Banco de España advertía también del «elevado riesgo» contraído por Tenedora de Inversiones y Participaciones SL —la sociedad que gestionaba la presencia del Grupo CAM en 65 empresas distintas— en los sectores de la promoción y construcción inmobiliaria, «cuya mala evolución está ocasionando quebrantos a la caja». Con instrucciones precisas sobre la gestión de los créditos dudosos e insolventes, los inspectores instaban a imprimir «un cambio de rumbo en la gestión y la reorientación del modelo de negocio», condicionado por la situación del sector del «ladrillo».
María Dolores Amorós dio lectura íntegra de este escrito ante los miembros del consejo de administración, que se dieron así por enterados de las exigencias del Banco de España, tal como consta en el acta levantada por un letrado de la CAM.
Problemas de morosidad
Concluida la sesión, a continuación se reunió el comité de control de la caja, integrado por diez miembros y presidido por el empresario Juan Ramón Avilés. En este caso, sin embargo, María Dolores Amorós se limitó a comunicar escuetamente que el Banco de España se había dirigido a la CAM para informarle del resultado de la inspección, «resultando como aspectos más relevantes la morosidad, concentración en el sector promotor-inmobiliario, adecuación de la estructura financiera, cobertura de la cartera crediticia y activos inmobiliarios adjudicados». De este modo, los cinco folios de instrucciones precisas impartidas por el Banco de España para enderezar el rumbo de la caja quedaron reducidos a ocho líneas en el acta de la comisión de control celebrada aquel 21 de diciembre de 2010.
Según el acta, Amorós no llegó a informar a este órgano sobre las medidas concretas que el regulador había impuesto a la caja de ahorros para sanear su balance y evitar la quiebra. El Banco de España imputa ahora a los miembros de la comisión de control haber incumplido sus directrices impartidas en diciembre de 2010. Los diez miembros de este organismo alegarán en su descargo que desconocían el contenido de dicho requerimiento, pues no fueron informados adecuadamente por el equipo de dirección encabezado por Modesto Crespo y María Dolores Amorós.
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