La gran banca no está dispuesta a arriesgar ni un céntimo por la CAM; Primero porque no se fían del agujero real; Y segundo porque las circunstancias económicas y del mercado actuales aconsejan máxima prudencia; Por eso, sólo están dispuestos a participar en la puja por la alicantina para quedarse con el negocio más saneado.
Algunas entidades ya han trasladado este mensaje al Banco de España, al que le han exigido la creación de un banco malo, con unos activos de más de 17.000 millones (pisos, créditos inmobiliarios y participaciones de capital en promotoras). Esta entidad asumiría los activos tóxicos de la caja intervenida que se excluirían de la subasta y, por tanto, se mantendrían bajo el paraguas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).
Fuentes del sector aseguran que este modelo ya fue utilizado en el caso de CCM, cuya cartera industrial -el principal problema de la manchega- se excluyó del paquete que finalmente se adjudicó Cajastur y que ahora es propiedad del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD). Las mismas fuentes reconocen, no obstante, que entonces la legislación era otra y la coyuntura también.
Precedente
El Banco de España se muestra reacio a conceder esta exigencia, pero baraja todas las posibilidades porque teme que la puja quede desierta, lo que supondría un fracaso rotundo en el proceso de reordenación del sector. El regulador considera que podría sentar un precedente la articulación de un banco malo y que inversores privados tendrían las puertas abiertas para solicitar estas condiciones en entidades donde el Frob entrará este mes de septiembre -CatalunyaCaixa, NovaCaixaGalicia y Unnim- a la hora de adquirir la participación que éste se quede.
El modelo que reclama el sector para la adjudicación de la CAM supone modificar el sistema establecido en el cuaderno de venta. Hasta ahora el supervisor está dispuesto a conceder al comprador un Esquema de Protección de Activos (EPA), consistente en que el fondo de rescate público asumiría el 80 por ciento de las primeras pérdidas, hasta 2.500 millones, que afloren y el 90 por ciento de las mismas de las siguientes en un plazo máximo de diez años.
Los candidatos no ven con buenos ojos este esquema, ya que no tienen asegurado todo el agujero y temen no sólo que sea mayor, sino que a partir de 2021 puedan destaparse quebrantos adicionales que, en este caso, tendrían que ser asumidos al 100 por ciento por ellos.
Entre los candidatos, aunque sin mucho entusiasmo, se encuentran el Santander, BBVA, La Caixa, Kutxa Bank -grupo creado por las tres cajas vascas- y algunas entidades extranjeras, como Barclays, Deutsche Bank y BNP Paribas. El cuaderno venta se ha repartido, además, entre otros grupos de menor tamaño, como Ibercaja o Sabadell.
Financiación
El Banco de España también extenderá una línea de liquidez de 5.000 millones en los próximos años, adicional a la concedida de 3.000 millones el día de la intervención- para cubrir los vencimientos de deuda. La CAM debe refinanciar unos 7.000 millones hasta finales de 2013 y otros 4.000 millones en 2014. Pero sus necesidades son mayores a partir de esa fecha. Por este motivo, los candidatos a la puja están exigiendo mayores garantías de liquidez ante las circunstancias del mercado.
La creación de un banco malo elevaría el interés de la subasta, ya que el comprador adquiriría un negocio rentable que haría más entendible para los inversores y accionistas de los bancos una operación de este tipo. La adjudicación de estos activos obligará, previsiblemente, al comprador a llevar a cabo una ampliación de capital para reforzar sus niveles de solvencia al aumentar sus activos en riesgo en unos 50.000 millones. |