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Tenían acciones por 50,900 euros a finales de 2010
Agustín Marco 28/07/2011 Que el movimiento se demuestra andando es un axioma que los consejeros de la CAM no se aplicaban a la hora de aconsejar la inversión en las acciones de la entidad. A finales del pasado año apenas tenían 12.420 cuotas participativas, que a precios de mercado ascendían a 50.900 euros, ni el 2% de lo que percibían. Este 2011 han invertido 73.000 euros más. En total, 123.000 euros. Muy poca cosa
Los gestores de la caja alicantina, destituidos de forma fulminante el pasado viernes por el Banco de España tras provocar la insolvencia de la entidad, se desprendieron el pasado año de la mitad de los títulos cotizados, ya que a 31 de diciembre de 2009 contaban con 25.706 acciones. Es decir, vendieron 13.286 durante 2010. Unas desinversiones que redujeron la participación del consejo en el capital de la CAM a un escueto 0,044% del capital.
Una apuesta ridícula si se tiene en cuenta que los pequeños ahorradores que suscribieron la Oferta Pública de Venta (OPV) de la caja en el verano de 2008 demandaron cuotas por valor de 415 millones de euros. A los empleados les regalaron 1,70 millones de títulos, valorados en 9,94 millones de euros. Posteriormente, en julio de 2010, la alta dirección decidió entregar, también de forma gratuita, 600 euros en cuotas como premio por la transformación informática del grupo financiero.
El apetito de los consejeros por invertir en la CAM tampoco ha sido muy voraz en 2011. La única excepción ha sido la de José Enrique Garrigós, el cual adquirió 12.270 acciones por 60.123 euros. El resto de miembros del órgano de gobierno tan solo han comprado 2.200 cuotas, por unos pírricos 13.400 euros. En total, 73.506 euros arriesgados en su propia entidad, cifra que tan solo representa el 1,74% de lo que cobran, 4,22 millones de euros entre las remuneraciones de la matriz y de las participadas.
Además de esa escasa confianza en la evolución de las acciones, lo que más llama la atención es que nueve de los veinte consejeros no habían comprado ninguna cuota cotizada. El que más tenía a finales del pasado año era Aniceto Benito Núñez, con 3.482, seguido de Armando Sala Lloret (2.744) y Manuel Muelas Yébenes (1.595). En 2011, algunos, como Juan Pacheco Carrillo, se han gastado 88 euros en comprar 15 acciones, mientras que otros, como Salvador Piles y Enrique Puig han invertido 600 euros.
El equipo directivo tampoco es que viera en la CAM un activo con el que ganar dinero. Maria Dolores Amoros, la directora general nombrada a finales del pasado año, tenía en su cartera 139 títulos de su caja, que le costaron 998 euros, ya que pagó por cada una de ellos 7,18 euros. Por su parte, Agustín Llorca, adjunto al secretario general, compró en marzo de este ejercicio 30 cuotas, que le costaron 191 euros. Solo otros dos directivos, Francisco José Martínez y Teófilo Sogorb, era accionistas de la CAM, con 100 valores por cabeza. Todo un despilfarro.
La Caixa y Bankia
Las que si han confiado en CAM han sido La Caixa y Bankia (antes Caja Madrid). Las dos entidades acudieron a la salida a bolsa para compensar la falta de demanda de los inversores institucionales a petición de la CECA y del Banco de España. Compraron 1,09 millones de cuotas, reprsentativas del 2% del capital, que han mantenido hasta la fecha.
No así Bancaja, que también se hizo en julio de 2008 con 1,02 millones de acciones. Sin embargo, la entidad, ahora también miembro de Bankia, las vendió el pasado año. Al menos no aparece en el Informe Anual de Gobierno Corporativo (IAGC) de la entidad alicantina
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