El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España coincidieron en que hay que seguir con las reformas en el sector financiero para afianzar el crecimiento económico, mientras las cajas avisaron que las entidades españolas puede que no sean capaces de digerir la ingente agenda regulatoria. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, fue tajante hoy al asegurar que "las democracias y los ciudadanos" no estarían preparados para pagar, por segunda vez, los costes de una crisis económica y destinar el 27 % del PIB europeo para rescatar a la banca.
EFE Madrid / 13 de mayo de 2011
Trichet, que participó junto con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, en el III Encuentro sobre la reforma del sistema financiero organizado por Expansión y la consultora KPMG, aseguró que es "obligatorio" que las autoridades y el sector privado continúen implantando medidas en el sistema financiero "con determinación inflexible".
El objetivo, indicó, es reforzar el sistema bancario, eliminar la "excesiva fragilidad que ha presentado durante la crisis" y consolidar el crecimiento de la economía mundial, ya que las "crisis financieras imponen costes muy altos en la sociedad".
En este sentido, se mostró "absolutamente" en contra de aquellos que abogan por un mercado menos regulado y agradeció a los bancos centrales y a los gobiernos la toma de medidas que "han evitado una gran depresión".
En la misma línea, Fernández Ordóñez abogó por continuar con las reformas necesarias en España para crear empleo y reducir "las ingentes cifras de parados", ya que aseguró que esto es necesario para que se recupere lo antes posible "la demanda solvente de crédito".
Valoró que España haya tomado medidas de dimensión "casi histórica" para dejar a la banca en condiciones de atender la demanda solvente de crédito cuando ésta se recupere y valoró el Real Decreto-ley para la reforma del sistema financiero, que tras tres meses de su aprobación "ha contribuido significativamente a mitigar las dudas sobre la solidez de nuestro sistema bancario".
También, el consejero delegado del BBVA, Ángel Cano, urgió al Gobierno español a acometer las reformas pendientes con la mayor velocidad y profundidad posible, con el objetivo de despejar todas las incertidumbres que persisten en los mercados.
Señaló que aunque la reforma del sistema financiero está muy avanzada, aún no ha concluido y advirtió de que "hasta que no se saneen los balances (de las entidades financieras, especialmente las cajas) no se eliminarán las dudas".
Asimismo, abogó por ahondar aún más en una reforma laboral con la inclusión de un contrato único, con indemnización por despido de 20 días por año trabajado, y en una revisión de los salarios ligada a la productividad y no a la inflación.
Por su parte, el director de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), José María Méndez, puso en duda, durante su discurso, que las entidades españolas estén preparadas para "digerir" el gran volumen de normas regulatorias que se impondrán próximamente en el sistema financiero mundial.
Dijo que la agenda regulatoria es "intensa" y obligará inevitablemente a la revisión del régimen de competencias que tienen las comunidades autónomas sobre el sector financiero, ya que con los nuevos órganos supervisores se produce una transferencia de poder y un cambio en las relaciones entre el mercado español y los reguladores.
Explicó que el punto de partida de estos cambios fue la aprobación de la Ley de Cajas (LORCA) y se "congratuló" del "límite" en la presencia de cargos políticos en los gobiernos de las cajas de ahorros y que se exija mayores estándares de profesionalidad.
Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, dijo que aunque unos mayores niveles de capitalización puede ser "una condición necesaria" para hacer a las entidades "más resistentes", esto "no es suficiente para asegurar la estabilidad del sistema.
Sobre la posible salida a bolsa de algunos bancos recién creados tras la reestructuración de las cajas, Segura dijo que es "imprescindible" que inversores expertos fijen los precios de salida de estas entidades por métodos próximos a la subasta competitiva, en tanto que abogó por asegurarse de que no existan "favores cruzados" que puedan sesgar al alza los precios.
Por último, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), Miguel Martín, aseguró que la fragmentación que existe entre las políticas monetarias y fiscales en el seno de la Unión Europea (UE) impide anticiparse a las crisis y solucionarlas con rapidez una vez que estallan.
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