Ordóñez traslada a las cajas que el Frob entrará con descuentos de entre el 40% y el 50% ; El Estado controlará un 70% de la caja alicantina y de su consejo de administración
JUAN EMILIO MALO / Madrid
Los bancos están afinando su estrategia para tratar de quedarse con la jugosa red y el mejor negocio de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM); La caja alicantina ha solicitado 2800 millones de euros al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) para reforzar su solvencia; Sin embargo, mantiene el encargo a Nomura de que estudie alguna operación corporativa.
Según fuentes próximas al proceso consultadas por este diario, no se espera un desenlace rápido de esta vía. Pero los bancos ya tienen claro por dónde puede ir su estrategia para quedarse con la entidad, si ésta se aviene a vender su negocio.
El calendario juega a favor de la CAM que, ahora que el Banco de España y el Frob le han dado el visto bueno a inyectarle 2.800 millones de euros, tiene pleno margen para tomar sus propias decisiones. El riesgo de intervención es nulo, salvo que se produzca un colapso de liquidez. Por el momento no hay fuga relevante de depósitos.
El siguiente paso que debe producirse es que el Frob ponga precio a la CAM, de la que podría controlar el 70%. Es, con esta premisa, con la que la CAM debe decidir su futuro. Si quedarse como accionista minoritario de un banco del que el Estado saldrá en un plazo máximo de cinco años o buscar una alternativa.
En este segundo supuesto es en el que los bancos cotizados han empezado a afilar sus colmillos. Ejecutivos de dos de estas entidades han explicado a EL MUNDO cuál es su idea y el camino es coincidente. Tiene su complicación, pero hay precedentes que lo avalan. El planteamiento que exponen estos bancos es que la CAM divida sus activos. Los mejores los incluirá en un banco bueno, sin ayudas públicas. Se podría denominar, por poner un ejemplo, Banco de Alicante.
¿Quiénes serían los accionistas de este nuevo banco? Pues dos, el banco cotizado, que sería el que tendría el control, y el Banco CAM (en el que se incluirían los activos de peor calidad de la caja alicantina). A su vez el Banco CAM tendría dos accionistas, la propia caja y el Frob. A cambio la transferencia de sus activos el Banco CAM recibiría una aportación dineraria o acciones del banco cotizado.
Según las fuentes bancarias consultadas por este diario, no se trata de hacer nada distinto a lo que el Banco de España le ha autorizado a Barrida, el banco sano que el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), controlado por Caja Madrid y Bancaja, van a sacar a Bolsa. El supervisor ha autorizado que Bankia (el equiparable al supuesto Bancode Alicante) tenga dos grupos de accionistas, el BFA (en el otro ejemplo, el Banco CAM) e inversores privados (cuyo papel jugaría el banco cotizado). «El modelo ya existe, se trata de avanzar por él. Si se lo han permitido a Caja Madrid, por qué no a la CAM., se preguntan en uno de los bancos consultados por este diario.
Las entidades cotizadas han tenido que proponer esta vía porque la aplicación de un esquema de protección de activos está totalmente descartada si no hay intervención de la caja. El Banco de España ultima en estos días la metodología que va a utilizar para valorar las cajas de ahorros en cuyo capital se dispone a entrar el Estado a través del Frob. Al menos cuatro cajas requerirán del apoyo público en el marco del actual proceso de recapitalización del sector financiero. Se trata de CatalunyaCaixa, Unnim, Novacaixa Galicia y la Caja de Ahorros del Mediterráneo. El desembolso entre las cuatro puede superar los 7.700 millones de euros, de acuerdo con sus carencias de recursos propios.
Al ser fondos públicos, la inyección debe ser a valor de mercado. «Yo entraría a precio de derribo», admite una fuente cercana a estas operaciones. No en vano, el Estado tiene que salir del capital como tarde en cinco años y con plusvalías. Lo que se producirá de forma inmediata a que el Estado entre en el capital de estos bancos será la designación de la persona que preservará los intereses públicos en el consejo de administración de la entidad.
Según explica a este diario un ejecutivo de una caja de ahorros inmersa en este proceso, el Frob ha decidido nombrar únicamente a un consejero en cada entidad, pero con tantos votos como peso tenga el Frob en el capital. De este modo, las votaciones en el consejo se harán por el porcentaje de acciones, y no en función del número de miembros.
Los consejos de los bancos de cajas nacionalizados contarán con entre cinco y 15 miembros. De ellos, cinco serán independientes. Por tanto, hay 10 sillas que se repartirán entre los accionistas. Pero el Frob no ocupará todas las que le correspondan.
Si se va caso por caso, y con las actuales valoraciones sobre la mesa, el Estado controlará el 70% de la CAM si cumple lo que ha transmitido a las cajas, que las va a valorar con un descuento del 50%. De este modo, el Frob podría nombrar siete de los 10 consejeros dominicales (así se llama a los que representan a un accionista). No lo hará, pero su único representante será, en la práctica, el que mande en la entidad.
La CAM es la que más peso del Estado tiene en su capital por la sencilla razón de que en su balance no hay fondos previos del Frob, como sí tienen la caja gallega y las dos catalanas. La entidad de Alicante los había pedido en el marco de la creación del Banco Base con CajAstur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, pero el proceso se rompió y los fondos, por tanto, nunca llegaron.
El destino de CAM ya está en manos de terceros
EL BANCO DE ESPAÑA y el sector financiero están diseñando ya el futuro de Caja Mediterráneo, mientras su equipo directivo vive su primera semana de tranquilidad, después de un mes de incertidumbre terrible. Los 2.800 millones de euros que percibirá la caja alicantina, según aprobó el viernes el consejo del Frob, tienen ese doble y paradójico efecto: son la sentencia definitiva para la nacionalización, pero aportan también el grado de serenidad necesario para evitar daños mayores en la credibilidad de la caja en los mercados.
Lo cierto es que el destino de CAM se decide ya en despachos que se encuentran fuera de la Comunidad Valenciana. Los bancos que aspiran a quedarse con una entidad cargada de indudables atractivos, en una zona geográfica siempre inquieta, coinciden en que el proceso que debería seguirse en adelante pasa por separar los activos saneados en un banco bueno, sin ayudas públicas, que alguna entidad se atreve a denominar ya Banco Alicante. Sus accionistas serían el banco inversor, que tendría el control, y el Banco CAM, el banco malo en el que se concentrarían los activos tóxicos ligados al sector inmobiliario, en cuyo accionariado estarían la caja y el Frob. El banco cotizado que tomara el control del hipotético
Banco Alicante pagaría a la CAM por la cesión de los activos mediante una transferencia de dinero o de acciones. Una solución parecida a la que ha decidido utilizar la fusión de Bancaja y Caja Madrid en Bankia. Con la diferencia de que la entidad pilotada por Rodrigo Rato y José Luis Olivas ha sido la responsable de diseñar su futuro y de que a la hora de determinar su peso en el Banco CAM el Frob aplicará criterios tan estrictos que, con sus 2.800 millones, podría acaparar el 70% de su capital y, por consiguiente, de su consejo de administración |