La entidad que preside Modesto Crespo acaba de recibir como un auténtico jarro de agua fría la intención del Santander de exigir ahora al Banco de España más garantías para avanzar en el proceso de adjudicación de la entidad alicantina, cuya clave está en el precio, según aseguran fuentes próximas al Banco de España. El Banco de España se plantea trocear la CAM y vender activos.
Aunque el propio Emilio Botín se había mostrado públicamente remiso a un mecanismo de protección de activos, apostando por hacer "compras puras", el análisis más en detalle de la operación habría puesto de manifiesto la necesidad de emplear este sistema para salvaguardarse ante posibles "sorpresas" que pudiera reservar la alicantina.
Sin embargo, la institución que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez habría descartado esta fórmula que ya autorizó para que Cajastur se adjudicara Caja Castilla-La Mancha (CCM). Además, este mecanismo también había sido reclamado por parte de otras entidades, como el Banco Popular y el Sabadell, entre las que la CAM también hizo circular el cuaderno de venta. Pero el propio Fernández Ordóñez rechazó recuperar esa fórmula recientemente, en un encuentro con los medios de comunicación.
Las alternativas
Si el camino que había comenzado a recorrer el Santander encalla en el bache de las garantías y si el Banco de España rechaza una inyección de capital de 2.800 millones, que elevaría el porcentaje en manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB)hasta cerca del 80%... ¿qué salida le queda a la CAM?
Las fuentes consultadas por este periódico insisten en que o el Santander se adjudica la caja alicantina o habrá intervención. Un esquema de protección de activos sentaría un precedente en el que podría comprometerse unos recursos públicos que el Banco de España (BdE) no está dispuesto a arriesgar en una reestructuración, que se esfuerza en hacer con el presupuesto más ajustado posible.
Ayer también se aseguraba que el BdE se plantea ya trocear la CAM y vender activos de calidad como su red de oficinas, sin intervenir la caja alicantina y al no encontrar ninguna entidad interesada en comprarla o en fusionarse con ella, según han informado fuentes financieras.
Riesgo reputacional
Por otra parte, la inyección de 2.800 millones de euros del Frob en la entidad alicantina pondría en manos de este organismo dependiente del Banco de España la gestión de una entidad en la que podría ver seriamente comprometido su prestigio.
Mientras tanto, los técnicos de la CAM se afanaron durante todo el fin de semana en preparar toda la argumentación para remitir al supervisor la petición de ayuda al fondo de rescate, así como la solicitud formal de creación de un banco.
Paralelamente, técnicos del Banco de España se desplazaron ayer hasta la sede de la CAM para delimitar la situación de una caja que, según las fuentes consultadas por este periódico, podría presentar un agujero de hasta 7.000 millones de euros.
Mientras tanto, el cuaderno de venta de la CAM sigue circulando entre un total de seis entidades, entre las que, a pesar de las nuevas exigencias de garantías, el Santander se mantiene como favorito. BBVA sería la otra gran entidad capaz de afrontar una operación de este estilo, de la que La Caixa se habría desmarcado para centrarse en su proyecto de creación de Caixabank. Sabadell y Popular condicionan la operación a la protección de activos, mientras que Ibercaja recuerda que no hará operaciones para ganar tamaño a cualquier precio. |