Las comunidades más beneficiadas de esta fuga fueron la valenciana, que ha visto incrementado los depósitos en 7.217 millones, (CaixaBank y Banco Sabadell trasladaron su sede a esta región); Andalucía, con una captación de 3.527 millones; Aragón, que consiguió 2.546 millones y el País Vasco, con 2.518 millones más. Sin embargo, llama la atención que la Comunidad de Madrid, que agrupa el 29% de todo el ahorro, perdió unos 8.000 millones.
La región que más depósitos perdió, por detrás de Cataluña fue Islas Baleares, con un descenso del 3,07%. En total, el dinero en manos de clientes residentes descendió en 23.000 millones, que han podido pasar a otros productos, como fondos de pensiones, y suma 1,146 billones. Tras la crisis política, Cataluña ha pasado de tener el 15,06% de los depósitos en octubre pasado, al 12,7% en diciembre.
La fuga de dinero de los ahorradores se mantuvo después de que pasara el punto álgido de tensión de principios de octubre, pese a la aplicación el artículo 155 de la Constitución y las posteriores elecciones, es decir, hasta diciembre. Este dato de la fuga choca con las versiones del Gobierno que afirmó, a finales de octubre que, una vez que CaixaBank y el Sabadell trasladaron la sede social a Valencia y Alicante respectivamente, la situación se había “revertido” y se produjeron “entradas netas de depósitos”.
Las cifras oficiales demuestran que los clientes optaron por sacar los depósitos de Cataluña ante la posibilidad de que quedaran fuera del euro o ser convertidos a otra moneda. Los bancos catalanes utilizaron las cuentas espejo, es decir, el duplicado de la cuenta corriente en oficinas de otra comunidad autónoma, pero del mismo banco, para frenar la retira del ahorro a la competencia, sobre todo a bancos no catalanes.
Tanto el Sabadell como CaixaBank admitieron en las ruedas de prensa de resultados que recurrieron a este sistema y afirmaron que la fuga neta había sido escasa. No obstante, no es fácil averiguar con detalle la evolución de los depósitos de un banco porque pueden descender por diferentes motivos, como la colocación en fondos de inversión o de pensiones.
La tensión por la liquidez a mediados de octubre llegó a tal nivel que las dos grandes entidades catalanas dispararon la petición de liquidez semanal al Banco Central Europeo hasta los 21.300 millones para evitar colapsar por falta de liquidez. Normalmente, la banca europea solicita 3.000 millones. La presión por sacar efectivo fuera de Cataluña también la vivió el BBVA, que cuenta con una alta cuota de mercado en esa región tras la adquisición de Unimm y Catalunya Banc.
En los ocho años de la crisis, Cataluña ha dejado de ser la sede de todos los grandes bancos de esa región por diferentes motivos. Además de CaixaBank y Sabadell, más de 3.000 empresas sacaron su sede social —y una parte también la sede fiscal— fuera de Cataluña.