Lloyds vendió su filial española de banca minorista hace un año a Banco Sabadell, a cambio de un 2% del capital del banco español, valorado entonces en 82 millones de euros.
António Horta-Osório explica su salida de ese mercado por su estrategia de concentrar el negocio de Lloyds en Reino Unido, y porque el número de sucursales en España era demasiado pequeño (28) como para poder competir. «Sabadell es un socio ideal porque comparte nuestra visión de muchas cosas, tenemos formas parecidas de afrontar la relación con los clientes y las operaciones», dice Horta.
Pese a que la cotización de Sabadell ha subido un 60% desde que Lloyds recibió sus acciones, periodo en que hubo una ampliación de capital a la que acudió el banco británico, Horta rechaza la posibilidad de vender su participación. «Se trata de una alianza a largo plazo, por la que cualquier cosa que hagamos en España la haremos a través de ellos. Por ejemplo, si Sabadell encuentra oportunidades interesantes de compra o inversión y necesita nuestra ayuda, estamos dispuestos a ello, acudiendo por ejemplo a otra ampliación de capital si se produjera».
Además de dejar España, Lloyds ha abandonado otra veintena de países en los últimos tres años. «Sólo nos queda negocio en 9 mercados, y el 90% de nuestros activos está en Reino Unido», indica el consejero delegado del grupo. «Nuestra estrategia es fácil de explicar, pero difícil de ejecutar: se trata de ser un banco de banca minorista y de empresas centrado en Reino Unido, aprovechando nuestras dos ventajas, que son la contención de costes y el bajo riesgo de nuestras operaciones».
Después del verano, Horta-Osório presentará un nuevo plan estratégico a los inversores para los próximos tres años. «Va a haber más de lo mismo. Esto es como el fútbol, no se cambia al equipo en mitad de partido si las cosas van bien. La idea es seguir ajustando costes, potenciar la división digital para todo el grupo y crecer en algunos segmentos de mercado como el negocio de tarjetas de crédito».
El directivo portugués apuesta por una «recuperación sólida» de la economía de Reino Unido, pero admite que «hay que prestar atención al mercado inmobiliario de Londres, donde los precios están por encima de los de 2007. Por ello hemos restringido algunas hipotecas en función del nivel de renta del cliente para frenar la tendencia y evitar la formación de una burbuja inmobiliaria».
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