El cambio de tendencia es tan claro que supera las previsiones más optimistas del sector. Mallorca lidera la reactivación.
Alberto Magro. Palma
Hace un año, Solvia, la inmobiliaria armada por el Banco Sabadell para tratar de digerir la inmensa bolsa de ladrillo que engulló con la compra de entidades en quiebra como la CAM, se marcó una estrategia agresiva para quitarse el lastre inmobiliario: empezaron a vender con un descuento medio del 52% sobre el precio original de la vivienda. Con la crisis golpeando con machaconería a los asalariados y la banca sumida en una desconfianza diametralmente opuesta a la alegría con la que en su día regalaron hipotecas y créditos que hoy no se pagan, las ventas mejoraron, pero poca cosa.
Pasado un año, con el ladrillo ya cubierto por reservas millonarias, el Banco Sabadell ha decidido cambiarle el pie al resto del sector y plantearse una nueva estrategia: mientras la mayoría de los grandes bancos siguen vendiendo con descuento máximo su excedente de ladrillos o lo colocan a empresas de capital riesgo y fondos buitres, Solvia y Sabadell piensan que ya no hay tanta prisa, y han reducido su descuento desde principios de año. Contaban con que eso les supondría vender menos. Lo lógico, vaya. Pero no. Hace tiempo que esta crisis no es lógica: hoy, pese a que en Sabadell no creen que los fundamentales del sector inmobiliario hayan mejorado tanto como para impulsar una recuperación, los hechos dicen que el apetito inmobiliario es tal que Solvia ha pasado a vender más en la misma crisis cobrando más. "Teníamos un 52% de descuento y ahora hacemos solo un 40%. La gracia es que aún así vendemos más. Ya no tocaremos precios a la baja, salvo algunos inmuebles muy malos y sin salida en el mercado. Los números rojos inmobiliarios durarán años para todos, porque queda mucha pérdida por enjugar. Hay activos que vienen del boom que vamos a tener que quedarnos mucho tiempo. Aunque no vamos a seguir sacrificando margen de beneficios por [vender más] volumen", explican en fuentes de la cúpula del nuevo gigante de la banca española (su solvencia en plena crisis le permitió irse de compras por las cajas en fase de descomposición).
La receta funciona también en Mallorca. Las ventas mejoran en todo el país, aunque en la isla el negocio avanza con más solidez que en la mayoría de regiones. "Va muy bien y eso que a la isla le ha quitado protagonismo la Costa Blanca, con ingleses sobre todo. Y es curioso que está funcionando más la venta de primera de residencia que de segunda. Estamos atrayendo más demanda solvente: vuelve a haber visitas de parejas en busca de pisos normales", añaden en Sabadell, devenido el tercer mayor banco de Balears.
Su análisis coincide con el que trazan en el sector inmobiliario de las islas. Y con el que documentan estudios como el último del Instituto de Práctica Empresarial (IPE), en el que aseguran que el stock inmobiliario caerá otro 5% este año, y detallan que Balears, con 7.965 viviendas pendientes de venda, está entre las tres regiones que menos tiene que digerir. También es la primera en la que los precios han empezado a subir. El cambio de tendencia es tan claro que sorprende: el ladrillo sigue siendo un lastre, pero en Mallorca, poco a poco, pesa menos. |