El dinero que hace apenas seis meses no quería saber nada de las entidades financieras domésticas ahora sobra. Pero no a cualquier precio, como demuestra la emisión de bonos perpetuos de Banca Popular
La banca doméstica española gana adeptos entre los inversores internacionales. En pleno cambio de escenario por las expectativas de recuperación económica, el dinero que hace apenas seis meses no quería saber nada de las entidades financieras nacionales ahora sobra. Pero no a cualquier precio. La colocación de 500 millones de euros en bonos perpetuos por parte de Banco Popular con un tipo de interés del 11,5% demuestra que los inversores sólo están dispuestos a inyectar liquidez a la banca española con red de seguridad.
Es la misma medicina que acaba de probar Banco Sabadell para sacar adelante la ampliación de capital en dos tramos que, en la parte dirigida a los accionistas de la entidad, exigió un descuento cercano al 40% que ha garantizado el éxito absoluto de la operación. Una prueba más de que los inversores están exigiendo un enorme colchón a los bancos a sabiendas de que aún no ha pasado lo peor.
La emisión de Popular ha puesto en guardia a los analistas. "Si trasladamos los intereses del 11,5% -para el banco el coste real es del 8,05% después de las deducciones fiscales- que pagará al coste de capital de la banca española, nuestra valoración para las entidades domésticas se reduce un 14% y un 4% en el caso de las entidades -en referencia a BBVA y Santander- con negocios internacionales", asegura el banco portugués BPI. Con los números de la firma en la mano, todos los bancos deberían valer significativamente menos respecto a los actuales precios en bolsa tras el gran rally del verano.
¿Qué significan estas cifras? Que las exigencias de los inversores en la emisión del banco que preside Ángel Ron se han llevado por delante las expectativas de buena parte del mercado. Dicho de otra forma, que las cotizaciones de los bancos podrían haberse pasado de frenada tras las últimas subidas en el parqué a la vista de que tienen que seguir pagando un alto precio por colocar deuda en los mercados.
Los expertos recogen las grandes cifras de la emisión son un sabor agridulce. Como señala Alberto Roldán, de Lloyds, "el 11,5% que paga Popular es cuanto menos llamativo, máxime si se tiene en cuenta que no se ha cumplido ni un año desde la gran ampliación de capital del año pasado". No obstante, el analista cree que "el sector está en un momento dulce, y se está financiando con relativa facilidad en los mercados, lo que permitirá reducir la independencia del Banco Central Europeo (BCE) y que se reactive el crédito".
La competencia, bajo presión
La emisión -destinada exclusivamente a inversores profesionales- ha puesto a todos sus competidores en fila, preocupados por un precedente que consideran peligroso. Si Popular ha pagado un 11,5%, el mercado va a presionar a Bankia, Sabadell o Bankinter para que abonen una cifra muy similar si como parece también se van a ver obligados a colocar bonos perpetuos en el mercado para cumplir con los requisitos de capital y solvencia que impone Basilea III. En N+1 valoran positivamente la operación de Popular. Aunque es dilutiva, el broker cree que “debe resultar en menores costes de financiación en el futuro” y recuerda que el banco “ha tomado la delantera” a sus competidores.
Cuándo estos salgan al mercado será el momento de valorar hasta qué punto los inversores han exprimido al Popular por sus circunstancias concretas o si, simplemente, el dinero institucional no está dispuesto a asumir riesgos si no es a cambio de muy altas rentabilidades. Según Popular, la demanda total de la emisión triplicó la oferta y alcanzó los 1.500 millones de euros, de los que un 95% procedieron de inversores extranjeros, sobre todo de Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Suiza.
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