El Banco Sabadell va a compensar a los titulares minoristas de preferentes y deuda subordinada de Banco Gallego por las pérdidas que van a sufrir en el canje, como ya hizo con los tenedores de cuotas participativas de la CAM
Esta compensación se hará previsiblemente mediante un depósito por el importe de la quita que se les va a aplicar y pretende evitar la fuga de clientes de la entidad. No obstante, se trata de un problema mucho más reducido que el de la caja alicantina, por lo que el coste para el banco que preside Josep Oliu será mínimo.
Esto se debe tanto a que el importe emitido de preferentes y subordinada es muy pequeño y, además, un alto porcentaje es propiedad de inversores institucionales. En total, asciende a 192,2 millones, de los que 100,7 son institucionales. Las preferentes, que van a sufrir una quita del 50%, suponen 52 millones, de los que 51,3 millones están en manos institucionales; la subordinada perpetua -quita del 39%- asciende a 14 millones, con 13,2 de institucional; y 126,2 millones de subordinada con vencimiento, que es donde están el grueso de los minoristas (90 millones) y donde la quita va a ser más pequeña: sólo del 11%.
La compensación se referirá solo a los particulares, mientras que los inversores profesionales tendrán que conformarse con la quita impuesta por Bruselas y apuntarse la pérdida correspondiente. Con esta compensación, el Sabadell se ahorra un proceso de arbitraje largo y costoso como los de las entidades nacionalizadas -Bankia, NovaGalicia y CatalunyaCaixa-, que no merece la pena con un número tan pequeño de afectados y un importe tan reducido. Y además, marca distancias con estas entidades al asumir directamente la compensación de todos los afectados sin necesidad de que ningún asesor externo evalúe quién es apto y quién no para recuperar su inversión.
En el caso de la CAM, compensó a los 50.000 clientes atrapados en las cuotas participativas, pero exigiéndoles algún tipo de contrapartida, como traer la nómina, el dinero que se llevaron cuando estalló el escándalo o nuevos clientes para la entidad. Además, no recuperaron todo su dinero, sino sólo el valor de las cuotas cuando fueron suspendidas de negociación en bolsa -con fuertes pérdidas respecto a la salida a bolsa-, normalmente en forma de acciones de Sabadell, aunque en ocasiones también como depósitos. El banco catalán no tenía ninguna obligación de compensarles y, además, el valor de las cuotas era cero; es decir, que los clientes al menos recuperaron algo.
Sabadell también ofreció un canje a los tenedores de preferentes de CAM. A pesar de que este canje suponía también una pérdida para ellos (valoraba la acción de Sabadell a 2,3 euros cuando cotizaba en mercado a 1,5), la alternativa de quedarse con unos papeles que no valen nada llevó a que el 95,7% de los titulares de estos activos acudiera al canje. Además, el banco se comprometió a pagar un interés del 6% trimestral a quienes mantuvieran las acciones durante cuatro años.
De esta forma, Oliu cierra uno de los flecos de la adquisición del Gallego, un nuevo ejemplo de la capacidad del banco catalán para llevarse bancos con fuertes inyecciones de capital: 245 millones de dinero público que se suman a otros 80 inyectados cuando se nacionalizó, más un crédito fiscal de 200 millones y el traspaso de los activos tóxicos al banco malo (Sareb). El Sabadell recapitalizará Banco Gallego con otros 200 millones procedentes del citado canje de preferentes y subordinada, así como el de otras emisiones de la entidad gallega por nuevas acciones del Sabadell. Liberbank también compensa a los afectados
Sabadell no es el único banco que quiere mimar a los tenedores de preferentes para evitar demandas, fugas de clientes o arbitrajes. Liberbank también ha ofrecido a los afectados por estos productos de las tres cajas que forman la entidad (Cajastur, Cantabria y Extremadura) una compensación por la pérdida que sufrirán por la diferencia entre el valor al que han recibido las acciones en el canje (1,11 euros) y el precio al que previsiblemente debutará en bolsa la próxima semana (0,5 euros).
Las autoridades han permitido a la entidad que preside Manuel Menéndez hacer un canje más favorable para los afectados que el del resto de entidades rescatadas. En vez de sufrir una quita, han recibido un 70% u 80% (según los casos) de su dinero en CoCos -convertibles contingentes- con vencimiento en 2018 al 7% de interés anual, y el resto en acciones que comenzarán a cotizar el 16 de mayo. Para evitar una venta masiva en el inicio de cotización, Liberbank ofrece un 6% de interés anual a los que mantengan esas acciones durante dos años. Ahora, además, cubrirá la pérdida de esa diferencia entre el precio del canje y el de salida a bolsa también durante un plazo de dos años. Eso sí, si la acción cae por debajo de 0,5 euros, la pérdida adicional la asume el cliente (ahora accionista). Ahora bien, aunque los blindajes son muy atractivos (y la alternativa era asumir quitas de entre el 31% y el 41%), aceptarlos implica renunciar a disponer de parte de su dinero durante otros dos años -para el 20%-30% en acciones- y durante cinco para la mayor parte, -el 70%-80% en CoCos-, así como el riesgo de que la acción se hunda por debajo de esos 0,5 euros. Algo que también parecía impensable en el caso de Bankia, y ya se ha visto lo que ha ocurrido.
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