La UE considerará ayudas públicas ilegales cualquier canje por encima del precio de mercado
Marcos Celada.–
El modelo Sabadell-CAM, que ha supuesto una solución a medio plazo para los tenedores de participaciones preferentes de CAM y que ha impulsado la cotización del propio Banco Sabadell, con una subida de casi el 45% desde que anunció la medida hasta que ha terminado definitivamente, no podrá ser aplicada a ninguna de las cajas nacionalizadas que siguen en manos del FROB. Las exigencias europeas impiden a los inversores opciones de recuperación del dinero que metieron en su día en preferentes, independientemente de que las cajas sobrevivan por sí solas con ayudas (caso de Bankia) o acaben absorbidas por otros bancos (casos de Novacaixagalicia o Catalunya Caixa), que también podrían terminar en procesos de liquidación ordenada si el FROB no logra demostrar su viabilidad y ninguna otra entidad quiere garantizarla.
El Sabadell anunció el pasado 20 de junio una operación mediante la cual canjearía el 75% del valor de las preferentes de CAM por acciones del banco, a un precio de 2,3 euros por título. El resto (un 25% del valor nominal) será recuperado por los tenedores de preferentes en pagos trimestrales en metálico del 6% anual hasta julio de 2016, a condición de que mantengan en su poder las acciones del Sabadell que les han sido entregadas. El día del registro del hecho relevante en la CNMV (20 de junio), las acciones del Sabadell cotizaban a 1,44 euros por título, muy lejos de los 2,3 euros a que iban a ser valoradas como mínimo para el canje que se anunciaba. Sin embargo, algo más del 96% de los poseedores de preferentes se apuntaron a la operación, cuyo resultado fue registrado en la CNMV el pasado 30 de julio. Posteriormente, el día 13, las nuevas acciones comenzaron a cotizar y, para sorpresa de algunos analistas, no ha habido sustos en el valor bursátil del banco.
De hecho, el lunes 13 de agosto, un total de 657 millones de acciones nuevas procedentes del canje iniciaron su andadura en la Bolsa. Eso tuvo como efecto inmediato un incremento del 29% en el número de títulos del Sabadell sujetos a cotización hasta los 2.955 millones de acciones, lo que, dado el tamaño de la dilución que ello provocaba hacía presagiar una caída en la cotización. Sin embargo, lo que ocurrió en esa sesión fue que únicamente un 0,35% del total de títulos (2,35 millones) en manos de los nuevos accionistas procedentes del canje de preferentes de la CAM fueron vendidos en Bolsa, lo que limitó la caída del banco al 1,24%, para cerrar en 1,59 euros por acción. Dos semanas después de aquel estreno, la cotización del Sabadell está en 2,085 euros por título (con cifras del cierre del pasado viernes, día 24), lo que supone una revalorización del 44,8% desde el precio que tenía el 20 de junio, cuando anunció la operación.
Sin duda, la opción tomada por la inmensa mayoría de quienes se acogieron al canje de mantenerse como accionistas del Sabadell para cobrar su 25% en metálico en cuatro años supone un elemento de estabilidad de la cotización muy importante. Hay que tener en cuenta en este punto que la ampliación para absorber las preferentes de la CAM ha supuesto la entrada en el Sabadell de cerca de 60.000 nuevos accionistas, lo que eleva a 240.000 el número de inversores con títulos del banco, que comporta un aumento del 35% de la base de accionistas con respecto a junio pasado. Que una tercera parte del accionariado decida no vender en cuatro años es una seria barrera contra los sustos a la baja en la cotización, justo cuando la banca está sujeta a continuos vaivenes debido a la volatilidad que provocan las negociaciones con Bruselas del plan de rescate financiero.
Pero si alguno de los poseedores de preferentes de alguna de las cajas nacionalizadas aún en manos del FROB (Catalunya Caixa, Novacaixa y Bankia) confiaba en una solución parecida para su inversión, debe de ir olvidándose de la idea. Bruselas se ha puesto muy firme en la necesidad de que las entidades financieras que obtengan ayudas públicas para sobrevivir (por sí mismas o absorbidas por otras) deben hacer pagar una parte de las pérdidas a los accionistas y poseedores de deuda subordinada, entre cuyas variantes se encuentran las preferentes. Según fuentes financieras consultadas por Capitalmadrid, la Comisión Europea considerará ayuda pública ilegal cualquier pago de estas entidades financieras a los tenedores de preferentes por encima de su precio de mercado. Eso quiere decir que cualquier proceso futuro de canje será realizado con una pérdida sustancial del valor nominal inicial de las participaciones.
En los últimos días se ha hablado de la posibilidad de que estas entidades financieras cambien las preferentes por otro tipo de producto bancario (depósitos o pagarés, entre otros), que consiga que los inversores que compraron participaciones en su día puedan recuperar una parte importante de su dinero, aunque sea en un largo período de tiempo, por la vía del cobro de intereses. Sin embargo, las fuentes consultadas por este diario señalan que el canje se haría por el saldo equivalente a aplicar a la inversión inicial el valor de mercado actual de las preferentes, lo que significa una quita inicial importante, cuya recuperación dilatará en muchos años la necesidad de mantener los nuevos productos para que los intereses compensen las pérdidas iniciales.
Una mirada a los movimientos de las preferentes afectadas en el mercado de renta fija español deja meridianamente clara la cuestión. De los saldos vivos de preferentes que Bankia, Novacaixa y Catalunya Caixa tienen en circulación (unos 4.500 millones de euros), sólo siete de las emisiones han registrado movimientos de compraventa en los últimos meses. Se trata de tres de Caixa Galicia, dos de Caja Madrid y dos de Caixa Nova. En las tres primeras, registradas respectivamente en mayo, julio y agosto de este año, los precios de mercado de las transacciones han sido del 45,6%, 30% y 27% del nominal. En las dos de Caja Madrid, el movimiento registrado en abril dio un precio del 75,1% del nominal, mientras que la última operación, de este mismo mes de agosto, ha reducido ya el precio al 36% del valor inicial de las participaciones. En el caso de Caixa Nova, los precios han sido del 50% y el 68% del nominal, registrados en marzo y abril de este año. Para el resto de las emisiones en circulación, al no haberse producido movimientos de compra o venta en los últimos años, ni siquiera hay precios registrados en el mercado, aunque nada impediría que se les aplicaran valoraciones parecidas a las que se vienen produciendo en las que sí tienen operaciones.
Además, se da la circunstancia de que un canje de participaciones preferentes por acciones sólo tendría visibilidad en el mercado en el caso de Bankia (es la única que cotiza), pero en todos los casos la idea inicial de las autoridades europeas es que las pérdidas reconocidas por las entidades que den lugar a la petición de ayudas sean cargadas contra los recursos propios, que serían repuestos mediante ampliaciones de capital suscritas con el dinero de las ayudas, lo que supone en la práctica la pérdida casi total del valor de las acciones antiguas, que es la manera de que la Comisión Europea vea cumplida su petición de que los accionistas paguen parte del agujero que ha dado pie a la petición del rescate.
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