La comisión de investigación de la CAM vivió ayer un nuevo capítulo. El exconsejero José Rovira, que él mismo se definió como él único que se ponía en contra de las decisiones del consejo, señaló que viajó con la caja a Chicago, Ibiza y Roma para participar en reuniones organizadas por la entidad.
Rovira, que fue consejero por la cuota de impositores, añadió también que se opuso al nombramiento de María Dolores Amorós, aunque luego se ratificó por unanimidad según consta en el acta, y se quejó de que a las grandes empresas se les dieran créditos con condiciones ventajosas «mientras para nosotros eran peores». Rovira, empresario de la madera jubilado, ha pedido una indemnización de 200.000 euros en su escrito de alegaciones al Banco de España por daño moral y económico. También calificó de «saqueo» la aprobación de las prejubilaciones para más de mil empleados.
El turno de intervenciones lo cerró el exdiputado socialista y exconsejero de la caja, Martín Sevilla, que defendió la veracidad de las actas del consejo cuando la mayoría de los comparecientes han dibujado muchas dudas sobre su posible falsedad. El exconsejero culpó al Banco de España de la situación.
Por la mañana, los representantes sindicales reconocieron que le daban a sus organizaciones las dietas cobradas.
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