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MONCHO VELOSOmonchoveloso / MADRID

Día 24/04/2012 - 12.49h

Ya no es frecuente que desde el Banco de España se diga aquello de que España tiene el mejor sistema financiero del mundo. Lo que sí sigue manteniendo el supervisor es que, a diferencia del resto de socios europeos, nuestro país no ha saneado la banca con un "manguerazo" de dinero público. "No ha habido una utilización indiscriminada de fondos públicos", ha defendido el subgobernador, Javier Aríztegui, durante la segunda jornada de la VI Conferencia Internacional de ABC sobre Europa y América.

Aríztegui ha señalado en este sentido que uno de los principios por los que se ha guiado la reforma financiera desde 2010 es el de "minimizar el coste de la reestructuración bancaria para el contribuyente". "Se ha primado la solución privada, evitando conceder dinero público a fondo perdido", ha dicho.

Hasta la fecha, el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ha empleado 19.110 millones de euros para apoyar las fusiones de cajas de ahorros y nacionalizar la CAM, Unnim, CatalunyaCaixa, Banco de Valencia y Novagalicia Banco.

FGD: paga la banca

El subgobernador ha recordado sin embargo que ahora es el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), nutrido con las aportaciones anuales de bancos, cajas y cooperativas de crédito, el que está financiando la reordenación del mapa bancario. "Es el encargado de encajar los quebrantos y repartir las cargas dentro del sistema bancario, sin afectar a las arcas públicas", ha recordado Aríztegui, quien ha avanzado que este fondo de la banca será empleado también para las subastas de Banco de Valencia y CatalunyaCaixa en los próximos meses.

El objetivo es que, como ya sucedió con las ventas de la CAM a Sabadell y Unnim a BBVA, la banca pague el resto de fusiones y saneamientos. El problema es que tras esas dos adjudicaciones, al FGD le quedan apenas unos 3.000 millones de euros, insuficientes para afrontar las subastas de Banco de Valencia y CatalunyaCaixa la más que probable de Novagalicia Banco.

"Esta minimización de costes para el contribuyente es consistente con la necesidad de reducir el déficit público y compatible con la percepción de que el propio sector había de contribuir a su saneamiento", ha explicado Aríztegui, quien ha advertido de que "es necesario que el sistema bancario ultime su reforma en el menor tiempo posible y que la economúa culmine los ajustes macroeconómicos pendientes" para que el créditos a empresas y familias vuelva a fluir.

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