“Siguen todos los raíles que conduzcan a la cumbre, locos porque nos deslumbre su parásita ambición” decía Aute en su tema “la belleza”; Y es de perfecta aplicación a Modesto Crespo, a la sazón último presidente de la Caja del Mediterráneo, quizá la entidad bancaria más desastrosamente gestionada de todo el estado
Quien esto escribe lleva años siguiendo la trayectoria de Crespo, hábil vendedor de coches en Elx -a mí me vendió un Renault 8 azul marino de quinta mano- que en sus ratos libres impartía (ignoro si lo sigue haciendo a día de hoy) conferencias de contenido más que reaccionario en cursillos prematrimoniales en parroquias de la ciudad. Siempre arrimándose al sol que más calienta con camaleónica capacidad de "pasilleo", de la dirección de sus dos concesionarios y sus actividades religiosas fue saltando a puestos más elevados, busca que te busca el reconocimiento social y las distinciones honoríficas. No había en la ciudad y alrededores puesto de relumbrón al que no aspirase Modesto: Presidente de la patronal, del patronato del Misteri, pregonero de fiestas de alguna ciudad vecina, presidente de la asociación de empresarios del metal, ilicitano del año, miembro de la fundación de la Universidad Miguel Hernández… Y más allá de la ciudad: presidente de la Institución Ferial Alicantina, presidente de la CAM, vicepresidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro, miembro de la directiva de la CEOE…
En estos cuatro o cinco años de meteórico asalto a las más altas cotas de la vanidad provincial no había día en el que Modesto Crespo no saliera dos, tres y cuatro veces en la prensa local realizando declaraciones desde unos y otros de los múltiples puestos honoríficos que venía –y viene- ocupando.
Ahora se sabe que no solo es el último y quizá el peor de los presidentes de la CAM; además ha sido el único que se ha puesto un sueldo, nada despreciable, por cierto. Eso sí, de tapadillo. En estos momentos de calamidad bancaria las cañas se le vuelven lanzas a quien nunca tuvo a bien comportarse de la forma que su nombre proclama. Se podría decir que bien merecido lo tiene y, quizá, aquello de “más dura será la caída”, pero lo más probable es que el hábil Modesto encuentre la forma de hacer mutis de forma sigilosa y se pueda dedicar a sacar brillo a las muchas distinciones logradas estos años, sin sobresaltos, en la paz de su hogar.
Modesto Crespo cobraba de la caja más de 300.000 euros al año a través de una sociedad
El ilicitano es el único presidente de la entidad que no renunció a percibir emolumentos a pesar de llegar al cargo en plena crisis
DIARIO INFORMACIÓN; REDACCIÓN ALICANTE
Modesto Crespo no sólo pasará a la historia como el último presidente de la Caja del Mediterráneo, sino también como el primero que cobró un sustancioso sueldo por ejercer un cargo que, en principio, únicamente es representativo.
A pesar de haber llegado al cargo después del estallido de la crisis económica y con la caja en una situación de debilidad extrema, Crespo se aseguró, poco después de tomar posesión como presidente, en junio de 2009, una asignación económica anual de 300.000 euros, cantidad que fuentes de la entidad financiera aseguraron ayer que ha ido creciendo en los dos últimos ejercicios hasta situarse en los 380.000 euros anuales, aunque éste último dato no ha podido ser contrastado por este periódico.
Para evitar la polémica, puesto que la presidencia de la CAM no es ejecutiva y, por tanto, no tiene por qué llevar aparejada ninguna retribución, Crespo utilizó la añagaza de cobrar a través de una de las sociedades creadas por la entidad, concretamente TI Participaciones. La CAM mantuvo durante años la política de que a los consejos de las empresas en las que participaba acudieran en su representación directivos de la entidad. Las indemnizaciones por la pertenencia y asistencia a esos consejos eran reintegradas por los directivos a la caja, aplicando el principio de que el ejecutivo de la entidad ya tenía un salario y cuando acudía a algún consejo lo hacía como representante de la CAM y no necesitaba cobrar ningún plus por ello.
Sin embargo, con el fin de contentar a los miembros del consejo más combativos, la norma fue flexibilizándose y algunos consejeros importantes fueron sustituyendo a directivos en distintas empresas e ingresando esas dietas en sus cuentas y no en las de la caja.
Pero el sistema nunca había sido aplicado a los presidentes. Ni Román Bono ni Vicente Sala quisieron cobrar nunca cantidad alguna por representar a la caja en ningún consejo, sino que cuando por razones de conveniencia de la propia entidad les correspondía ocupar plaza en alguno de los órganos de gobierno de esas sociedades se aplicaban a sí mismos idéntica fórmula que regía para los directivos y reintegraban lo cobrado a la caja. De hecho, según las fuentes consultadas, en el último ejercicio en que Vicente Sala presidió la CAM por asistencia a reuniones de este tipo de otras empresas en las que la caja tenía participación le correspondía percibir más de medio millón de euros, cantidad a la que renunció para que se reintegrara a la entidad.
La llegada, en junio de 2009, de Modesto Crespo a la presidencia alteró definitivamente el sistema. Fuentes del consejo señalaron que Crespo empezó por dirigirse al entonces vicepresidente Antonio Gil Terrón para quejarse de que llevaba en la caja dos años sin cobrar ni un euro, a lo que éste, según las mismas fuentes, le respondió que él llevaba ocho sin percibir cantidad alguna (Gil Terrón ni siquiera aceptaba los viajes que se organizaban para "premiar" a los consejeros) y no veía problema en ello.
Finalmente, Crespo encontró la forma de percibir un estipendio por presidir la caja. Según fuentes de la entidad de toda solvencia, se le asignó una retribución como miembro del consejo de Tenedora de Inversiones y Participaciones S. L. (TI Participaciones), una sociedad creada en 2002 y cuyo objeto social, según consta en el registro, es el "desarrollo de toda clase de procesos de constitución, integración o escisión de sociedades o empresas que operen en el sector inmobiliario (É)", y cuyo domicilio social es el mismo de la sede central de la CAM en Alicante. A través de TI Participaciones, Crespo, tal como se citó más arriba, habría percibido cantidades anuales que oscilan entre los 300.000 y los 380.000 euros. |