El FROB no ha tenido que recurrir a los 3000 millones preparados en previsión de una fuga masiva de depósitos tras la intervención de la Caja; La ruptura con Banco Base hizo perder sin embargo a la entidad el 5,85% de sus ahorros en solo dos meses
Dos semanas después de su intervención por el Banco de España, la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) no ha sufrido la fuga de depósitos que cabía esperar. Los 3.000 millones que el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) puso sobre la mesa el 22 de julio pasado -el día del rescate-, en previsión de una deserción masiva de clientes, siguen sin tocar en la caja fuerte.
Un hecho tan relevante como la nacionalización de la entidad trajo consigo, sin duda, cierres de cuentas y retiradas de depósitos, pero la Caja pudo afrontar tal contingencia con sus recursos propios y los 2.800 millones de euros que inyectó el FROB el día de la intervención para elevar el capital al mínimo exigido (un 10%), pero sin necesidad de echar mano de la línea de crédito de emergencia dispuesta a tal fin.
El dato le fue facilitado ayer tarde por los gestores de la CAM al consejero de Economía y Hacienda del Gobierno regional, Salvador Marín, quien se entrevistó con los administradores nombrados por el FROB para dirigir el rumbo de la CAM hasta su venta al mejor postor, previsiblemente en octubre próximo. El consejero, que ya se había reunido en Madrid con el subgobernador y el director de Intervención del Banco de España, acudió a Alicante llevado por el interés del Ejecutivo autónomo en asegurar, dentro de lo posible, el negocio financiero de la CAM en Murcia, que ronda los 15.000 millones de euros (el 20% de los depósitos de la entidad), y preocupado por el futuro de la Obra Social, presente en la Región con numerosas actividades y un presupuesto de 38,7 millones para este año.
Los administradores aportaron a Marín alguna pista sobre el futuro inmediato de la CAM. Así, antes del 15 de septiembre se llevará a cabo lo que en la jerga financiera se conoce como ´operación acordeón´ (eliminación de las pérdidas y ampliación del capital), y poco después, probablemente en octubre, la Caja será subastada. El adquirente deberá garantizar el menor coste posible de la operación a las arcas del Estado, y acreditar su capacidad financiera y de gestión. Los principales bancos del país están ya tomando posiciones en la parrilla de salida. Y una pista más, ésta importante en lo que concierne a los intereses de la Región, reside en el propósito del Banco de España de no trocear la Caja, sino de venderla entera, lo que la alejaría del alcance del Banco Mare Nostrum, la entidad que capitanea Cajamurcia.
Al término de su reunión en Alicante, Salvador Marín declaró a ´La Verdad´ que salía de las oficinas centrales de la CAM «tranquilo, pero con la idea de mantener el seguimiento que estamos haciendo al devenir de la Caja, tan importante para la Región». En un comunicado del Ejecutivo autónomo, se explica que Marín pidió a los administradores «que sigan facilitando crédito a pequeñas y medianas empresas, autónomos, familias y ayuntamientos» de Murcia, pero en realidad el consejero fue más allá y reclamó a la CAM que incremente el volumen de las operaciones crediticias que viene despachando con sus clientes en la Región. Las turbulencias financieras no permiten asegurar nada en esa dirección, vinieron a decirle, pero los administradores sí se comprometieron, según relata el consejero, a «mantener su política actual», es decir, a operar como si el Banco de España no hubiera intervenido la Caja, «y eso ya es bastante si tenemos en cuenta la coyuntura de los mercados», en palabras de Salvador Marín.
El dato revelado por los nuevos gestores acerca de la calma con que los clientes respondieron en julio a la intervención de la CAM, como si todos ellos hubieran escuchado el llamamiento a la tranquilidad lanzado por el gobernador del Banco de España cuando salió al rescate, contrasta sobremanera con otro de signo contrario, que trascendió también ayer: la Caja perdió 2.587,4 millones de euros -el 5,85% de los ahorros de sus clientes- en los dos meses que siguieron a la ruptura de su alianza con Cajastur y otras dos entidades financieras para formar el Banco Base. Es decir, que sus diferencias con Cajastur, y su consiguiente desalojo de Banco Base, hicieron a la CAM más daño, aparentemente, que su intervención por el Banco de España y el anuncio oficial de que la Caja sería vendida en pública subasta.
Según los balances individuales de la propia CAM, que dio a conocer ayer la agencia Efe -y que los administradores del FROB confirmaron a Salvador Marín-, los depósitos de la entidad se situaron en 44.238,37 millones al cierre del primer trimestre del año, una cifra que había bajado a 41.651 millones en mayo. Entre una cifra y la otra se sitúa la ruptura de la CAM con Banco Base.
En cambio, los créditos mantuvieron en ese mismo periodo una evolución más estable, al pasar de 50.426,5 millones en marzo a 50.237,65 millones dos meses después, lo que equivale a una rebaja de apenas el 0,37%.
La evolución al detalle del negocio de la CAM, y los entresijos que puedan haber jalonado en los últimos meses su declive como una entidad solvente, saldrán a relucir cuando concluya el balance auditado al 31 de julio que han encargado los administradores nombrados por el FROB. También entonces se conocerá a cuánto asciende la valoración de los activos de la Caja, la situación de los empleados, y la suerte que aguarda a la fundación y a la Obra Social. Acerca de los activos a valorar, Salvador Marín reiteró ayer en Alicante, al igual que había hecho en Madrid ante el subgobernador del Banco de España, la petición del Gobierno autónomo de que «se tengan en cuenta valores intangibles como el arraigo y la Obra Social de la entidad financiera, labrados durante más de cien años», se lee en el comunicado que siguió a la reunión de Alicante.
Aunque el consejero hubiera deseado una mayor concreción en lo tocante a la Obra Social, sí logró al menos arrancar de los nuevos gestores de la CAM la garantía de que, hasta el momento de la venta de la Caja, su Obra Social mantendrá su presupuesto, y desplegará sus actividades programadas con anterioridad a la intervención del Banco de España. «Los administradores me han asegurado, explicó Marín a ´La Verdad´, que la orden que han cursado es la de mantenerlo todo como estaba antes del 22 de julio».
Dicha orden incluye también a los empleados, sobre los que UGT mostró nuevamente ayer su inquietud. El sindicato demandó en una nota que se evite que «los verdaderamente afectados sean los trabajadores», y aseguró que la situación por la que atraviesa la entidad es «únicamente» atribuible a sus gestores y a sus órganos de control. «Dada la experiencia que estamos sacando de la crisis económica y financiera, añade el comunicado, nos preocupa que al final de este proceso de intervención, saneamiento y venta de la CAM, los verdaderamente afectados sean los trabajadores y trabajadoras de esta entidad, como ya va siendo costumbre en estas situaciones críticas». |