Los compromisos de pago de la CAM serán otro elemento clave a tener en cuenta en la futura subasta de la entidad. La caja alicantina afronta unos 5000 millones de euros en vencimientos de deuda en 2012, un montante que obligará al comprador a disponer de un elevado músculo financiero, factor que previsiblemente presionará a la baja en la puja y reduce el número de posibles pretendientes
El tamaño de la CAM, que llegó a ser la cuarta caja y la séptima entidad financiera de España, complicará el proceso de subasta al que se verá sometida en los próximos meses, tal y como desea el Banco de España. A la espera de ver el déficit de capital exacto que afronta a día de hoy -una incógnita que deberán haber despejado los auditores a principios de septiembre-, otro aspecto clave que tendrán en cuenta sus posibles futuros compradores es su situación de liquidez actual.
Los compromisos de pago que afronta la CAM son tan elevados de cara al próximo ejercicio que actualmente resultan imposibles de renovar dada la posición de la caja. Su situación de liquidez, por tanto, tiene visos de convertirse en un factor decisivo de cara a la subasta de la entidad, más allá del agujero de capital que finalmente descubra el regulador.
Fuentes del mercado aseguran que la CAM afronta cerca de 5.000 millones de euros en vencimientos de deuda en 2012, cantidad a la que hay que sumar los vencimientos de este ejercicio -657 millones, según Bloomberg-. Todo ello en un entorno complicado para captar liquidez, con unos mercados de capitales cerrados y una cartera de depósitos que pese a lograr mantenerse estable a costa de reemplazar la retirada de depósitos a la vista por otros a plazo -en otras palabras, depósitos muy baratos por otros caros-, ha acusado salidas tras la intervención del Banco de España.
Pujar por la CAM requerirá músculo financiero y en el sector se estima que tan solo hay tres entidades españolas, en concreto, Santander, BBVA y CaixaBank, capaces de hacerse con la CAM. El regulador, además, desea una venta en bloque de la entidad al mejor postor antes que trocearla, lo que reduce aún más el número de posibles candidatos, especialmente en un entorno como el actual en el que todo el sector afronta importantes vencimientos de deuda el próximo ejercicio y se ha visto penalizado por el deterioro económico en España, tal y como han reflejado los resultados del segundo trimestre.
La incógnita está en ver si alguna entidad extranjera se siente atraída por la caja alicantina. Y es que a pesar de que el Banco de España prefiere que la CAM acabe en manos de alguna entidad española, el previsible precio de ganga al que se adjudicará la caja puede convertirse en un revulsivo a la hora de atraer capital extranjero.
No hay que olvidar además que tanto Santander como BBVA se han visto muy penalizadas en Bolsa por su exposición al negocio doméstico, un grupo al que ahora se suma la recién estrenada en Bolsa CaixaBank. La adjudicación de la CAM sería una decisión difícil de explicar a un mercado que no quiere ni oír hablar de España. No hay que olvidar que Santander y BBVA han visto lastrados los resultados a nivel doméstico y que han crecido precisamente por su diversificación geográfica.
A la espera del veredicto del auditor
El Banco de España ha encargado a KPMG, auditor de la caja alicantina desde hace más de 20 años, un informe completo sobre la situación de la caja a cierre de julio, una auditoría que ayudará a esclarecer a cuánto asciende el déficit de capital de la entidad pues se estima que, a causa del deterioro de activos de los últimos meses, irá más allá de los 2.800 millones de euros que inyectará el FROB.
La pretensión del Banco de España es subastar la CAM en otoño y se espera que el proceso vaya acompañado de un esquema de protección de activos, fórmula utilizada también en las subastas de CCM y Cajasur, las otras dos cajas intervenidas. Previsiblemente se adjudicará a la que menos garantías pida por quedarse con los activos de CAM.
La cifras
2.800 millones de euros es la cantidad que inyectará el FROB en CAM. A su vez también le otorgó una línea de crédito de 3.000 millones para garantizar la liquidez y afrontar posibles salidas de depósitos.
238,5 millones de euros es el coste que supondrá a la CAM amortizar las cuotas participativas, a un precio de 4,77 euros por título. Este desembolso se suma a los vencimientos de deuda y la salida de depósitos.
Merrill Lynch tantea a posibles compradores
Merrill Lynch, banco encargado de buscar a los posibles compradores de CAM, contactó el pasado viernes con las principales entidades financieras del país, incluida la banca mediana y algún banco extranjero, para conocer su interés y consultar cuál sería el mejor procedimiento para subastar a la caja alicantina. El Banco de España tiene prisa para cerrar el proceso de adjudicación de la CAM, intervenida el pasado 22 de julio.
Una idea que baraja es que el adjudicatario de CAM será la entidad financiera que tras desembolsar el FROB los 2.800 millones de euros que necesita la caja de capital pida menos EPA o lo que es lo mismo, un sistema de protección de activos frente a posibles pérdidas. De momento, KPMG está elaborando la auditoría de CAM por encargo del Banco de España. No hay cifras oficiales del posible agujero de la entidad alicantina, aunque algunas entidades hablan de unos 5.000 millones de euros entre capital y pérdidas esperadas. "Esto no es Cajasur ni CCM, estamos hablando de un problema mayor", asegura un ejecutivo de una entidad que podría estar interesada en ofertar por CAM.
Las llamadas de Merrill Lynch se han dirigido principalmente a las entidades que ya analizaron hace unos dos meses los datos de CAM, cuando Nomura buscaba un socio o comprador para la entidad alicantina antes de que fuera intervenida. Estas entidades eran Santander, BBVA, La Caixa, Popular, Ibercaja, Sabadell, BNP Paribas, Unicaja, BBK, y Barclays. El objetivo del Banco de España es solucionar el escollo de CAM antes del 30 de septiembre, fecha en la que se supone que todo el sector financiero debe hacer finalizado su recapitalización, a excepción de las entidades que hayan obtenido una prórroga. |