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La entidad aragonesa, que tiene su solvencia asegurada, solucionaría sus problemas de tamaño
La crisis de Banco Base y el cartel de se vende colgando de la puerta de la CAM ha despertado el olfato comprador de buena parte del sistema financiero. Aunque la desconfianza sobre el verdadero estado de las cuentas de la entidad alicantina es notable —alta morosidad, elevada exposición al ladrillo, escaso grado de solvencia y dificultades para cumplir los nuevos requisitos exigidos por el Gobierno componen el lado amargo de la oferta—, el sector también es consciente de las bondades de la caja, que pueden hacer de ella un excelente bocado si se consigue un buen precio. Así, los posibles interesados no faltan, aunque con condiciones.
Según ha podido saber ABC de fuentes financieras, Ibercaja, la única caja que sigue soltera después de la tres oleadas de fusiones que han azotado al sistema, se ha interesado en los números de la caja que preside Modesto Crespo.
La entidad aragonesa no tiene prisa —cuenta con una solvencia de más del 10%, por lo que no precisa captar más capital— pero tampoco quiere dejar pasar lo que podría ser una buena oportunidad. Y es que, aunque su solvencia está asegurada, corre el riesgo de quedarse rezagada en términos de tamaño. Sus activos suman 42.500 millones de euros, un monto notable antes de la reestructuración, pero que ahora le deja fuera del «top» del sector. De hecho, sólo Caja 3 (con un activo de 20.800 millones) y Unnim (28.500 millones) quedan por detrás de la entidad que preside Amado Franco, también vicepresidente de la Confederación Española de Cajas de Ahrros (CECA).
Como en el caso de los otros interesados, sólo estudiaría la operación en el caso de que se pusiera toda la infomación financiera de la CAM encima de la mesa —algo que hasta la fecha no se ha hecho— y si se garantizan las posibles pérdidas que suponga hacerse con las cuentas de la caja.
Enviados de Ordóñez
En este sentido, técnicos del Banco de España tienen hoy una cita en la sede central de la entidad alicantina. La entidad que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez dispone de plazo hasta el próximo día 14 para contestar la petición de la CAM, que el pasado viernes cifró en 2.800 millones de euros el rescate que solicitará al Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB). Una cantidad que supondría de facto la nacionalización de la entidad, que ese mismo día también aprobó iniciar los trámites para convertirse en un banco y poder acceder a las ayudas públicas.
En este contexto, el Banco de España pretende clarificar el estado real de las cuentas de la CAM para poder valorar las distintas opciones. Al margen de la alternativa de Ibercaja, el Grupo Santander figura como el mejor colocado para acceder a una eventual adquisición de la entidad.
Con todo, este clima de «subasta» ha generado un profundo malestar social en la provincia de Alicante. En este sentido, la patronal Coepa emitió ayer un comunicado en el que sostenía que la CAM se encuentra en una situación de solvencia y cumplimiento de los ratios económicos y financieros que le permiten «afrontar con éxito el nuevo proceso negociador» que arranca hoy tras la ruptura, la pasada semana, del acuerdo alcanzado con Cajastur y las cajas de Cantabria y Extremadura para la constitución del Banco Base.
Nueva negociación
En esta línea, la patronal alicantina subrayó que la CAM ha cumplido «todos los requisitos» que le ha demandado el Banco de España a lo largo del proceso de integración en el SIP frustrado. A partir de ahora, de acuerdo con los empresarios, se abre un nuevo abanico de oportunidades en el que la entidad debe decidir su futuro entre todas las opciones de negociación posibles, en estrecha colaboración con el Banco de España como entidad supervisora del sistema financiero.
Así, la participación del órgano regulador «certifica la viabilidad del proyecto y aporta la seguridad, la tranquilidad y la confianza» que precisan los clientes, los trabajadores y y el sistema financiero, concluyen. |
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