La negativa de Cajastur, Extremadura y Cantabria a integrar junto con CAM el SIP de Banco Base ha obligado al Banco de España a exigir a las cuatro cajas un ´Plan B´ de forma inmediata
Las asambleas de Cajastur, Cantabria y Extremadura votaron esta tarde en contra de su integración en Banco Base, abandonando el Sistema Institucional de Protección (SIP) en el que estaban integradas junto con Caja Mediterráneo (CAM).
Tras frustrarse la creación del tercer gran grupo bancario del país, el regulador español ha emitido un comunicado en el que exige que a las cuatro cajas que "le comuniquen inmediatamente las estrategias que piensan seguir".
Pese a que la directora general de la CAM, María Dolores Amorós, afirmaba esta mañana en alicante en Alicante que Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria conocían la situación de la CAM hace meses, cuando se pactaron las condiciones el SIP, al final no habrá unión entre ellas. Precisamente el presidente de la CAM, Modesto Crespo, ha sido el primero en asegurar que ya dispone del ´Plan B´ solicitado por el Banco de España.
La negativa de las cajas asturiana, extremeña y cántabra a formar parte de Banco Base dejaba a la CAM en una situación comprometida. La entidad, la única que ha votado en favor del SIP, debe buscar ahora otro socio para cumplir los requisitos de solvencia exigidos por el Banco de España. De lo contrario, sería parcial y temporalmente nacionalizada. Fuentes financieras aseguran que Crespo presentará mañana un proyecto alternativo al regulador, aunque no han dado ninguna pista de su contenido.
En la asamblea de Caja Extremadura tan sólo 2 de los consejeros presentes han votado a favor de avanzar en la integración, frente a 150 que han rechazado tal posibilidad.
El voto negativo de Cajastur, Extremadura y Cantábria viene precedido de las ayudas al FROB que Banco Base solicitó el pasado lunes y que prácticamente duplicaba la cantidad prevista inicialmente por el BdE para cumplir las necesidades de capital exigidas por el regulador español.
Desde principios de semana el sector contemplaba la posibilidad de una ruptura ya que las elevadas necesidades de recapitalización de Banco Base se debía, principalmente, al deterioro en los activos de la CAM.
Esta circunstancia restaba credibilidad al proyecto y forzaba la entrada del Estado en el capital del grupo bancario resultante de la unión. El porcentaje en poder del Gobierno sería tan elevado que hacía perder la capacidad de gestión y autonomía de las otras entidades integrantes del SIP.
El consejo del Banco Base pidió el pasado lunes 2.784 millones de euros, frente a los 1.447 millones que el BdE había estimado que necesitaría para para cumplir con un ratio de capital del 10%. |