Josep Oliu, el presidente de Banco Sabadell, prevé que la economía española crezca en 2016 un 2,7% del PIB, con una inflación cercana al cero. Asimismo, ha descartado cualquier efecto por la situación política, tanto estatal como por el proceso soberanista catalán.
1 febrero, 2016
En la rueda de prensa de presentación de los resultados de 2015, Oliu afirmó que la tardanza en constituir un nuevo Gobierno en España no perjudica de momento a la actividad económica y forma parte del proceso democrático; “lo peor que podría pasar sería nuevas elecciones, con lo que la incertidumbre se alargaría tres meses más, y no afectaría, no lo creo”.
Oliu ha señalado que España está en una situación nueva, en la que el nuevo Gobierno deberá ser de coalición, pero se ha mostrado tranquilo: “no me preocupa nada, sé que las instituciones y partidos van a afrontar la situación como corresponde”.
Respecto al proceso de independencia de Cataluña, ha confiado en que “algún día se solucionará”, sin querer entrar en valoraciones sobre el cómo; aunque ha defendido que “confía en la estabilidad institucional de España. Las aspiraciones de parte de los españoles se deben encauzar dentro de los marcos constitucionales y, como esto debe ser así, no me preocupa”.
También ha indicado que no ha tenido todavía ninguna reunión con el nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont –aunque lo conoce como alcalde de Girona– y tampoco con el vicepresidente y conseller de Economía, Oriol Junqueras.
Lo que si ha reconocido Oliú es que “hay una gran incertidumbre generada por la bajada de los precios del petróleo, que es la causa más importante que puede afectar a la economía española”. A su modo de ver, “no pasará nada, pero es un elemento de incertidumbre, y de hecho pueden pasar cosas, por ejemplo, que las exportaciones a los países emergentes no sean tan buenas”. Esto afectará a la economía española.
Pero por otro lado, como ha reconocido el presidente de Banco Sabadell, el abaratamiento de la energía, para a la economía española, supone “una bajada sustancial del coste de las materias primas, y también para el consumidor, cuya renta disponible aumenta al bajar el precio de la gasolina”.
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