El canje establecido por el Banco Sabadell supone la aportación de 284 acciones por cada 1.000 euros invertidos en obligaciones. A precios de mercado, dichos títulos valen ahora 625 euros
JOSÉ ANTONIO NAVAS
FECHA23.07.2015 – 05:00 H.
Puede que la crisis financiera haya pasado a mejor vida, por lo menos desde la perspectiva política expresada por el Ministerio de Economía. Pero la resaca de sus peores consecuencias todavía se deja notar en el mercado y la onda expansiva alcanza también a entidades que han demostrado una eficiente capacidad de gestión a lo largo de los últimos años. Es el caso del Banco Sabadell, que viene ejerciendo desde este pasado martes la conversión de obligaciones emitidas en diciembre de 2012. A precios de mercado, la operación supone un importante fiasco para los inversores, que deberán asumir una quita sobre el nominal de hasta un 37,5%.
La información oficial comunicada por la entidad que preside Josep Oliuestablece el canje en acciones de un tramo de la emisión de obligaciones lanzada hace tres años por un importe de 493,8 millones de euros. El número de títulos correspondiente a cada titular se establece a partir del cociente resultante de dividir el valor nominal de cada obligación, fijado en 1.000 euros, entre el llamado precio de conversión, situado en 3,52 euros por cada acción. En consecuencia, una obligación que costó en su día 1.000 euros recibirá ahora a cambio 284,09 acciones del Banco Sabadell.
Con este canje, y teniendo en cuenta que el valor en bolsa marcó al cierre de ayer una cotización de 2,20 euros por título, cada obligacionista se deja al cambio 375 euros por cada 1.000 invertidos. Una pérdida muy significativa que viene a poner el dedo en la llaga sobre la idoneidad de estos activos referenciados al precio de la acción y que tantos quebraderos de cabeza han producido en el mercado financiero español. El Banco Sabadell tiene todavíapendientes de conversión otros 348,6 millones de un segundo tramo cuyo vencimiento está previsto para el próximo mes de noviembre.
Las emisiones de preferentes y subordinadas fueron una constante en los años de la abundancia, pero se convirtieron en un devastador ''efectoboomerang'' para la reputación del sector financiero y la credibilidad de la economía nacional cuando llegaron los peores momentos de la recesión. Algunas entidades no financieras, como Telefónica y Repsol, se inclinaron por una amortización anticipada de sus colocaciones garantizando el reembolso del 100% de la inversión. Los bancos más afectados por la crisis no pudieron asumir el coste y trasladaron las consecuencias a sus clientes provocando la crispación social en toda España.
Las pérdidas que deberán asumir ahora los inversores de la entidad financiera catalana equivalen a la padecida en su día por los preferentistas de Bankia
Las célebres quitas en cascada con que muchos ahorradores particulares vieron quebrantadas sus inversiones han dado lugar a múltiples pleitos que llegaron a las más altas instancias judiciales con el recurso planteado por el PSOE ante el Tribunal Constitucional (TC) en junio de 2013. El primer partido de la oposición hizo entonces causa común contra el decreto-ley del Gobierno que imponía la pérdida en el canje de las preferentes, pero el pleno del Alto Tribunal rechazó en febrero de este año el recurso y avaló que la normativa introducía mejoras para la protección de los afectados.
Las quitas han variado de forma sustancial entre las distintas entidades financieras que requirieron ayudas procedentes del rescate financiero. En el caso de Bankia, la pérdida para los inversores osciló entre el 38% de las preferentes, el 36% de la deuda subordinada perpetua y el 13% aplicado en el caso de subordinada con vencimiento. En Novagalicia, actual Abanca, los clientes sufrieron una quita del 43% en las preferentes, del 41% en la deuda subordinada perpetua y del 22% en la subordinada con vencimiento. Peor ha sido la experiencia de Catalunya Banc, actualmente bajo control del BBVA,con una rebaja del 61% en preferentes, 40% en subordinada perpetua y 15% en deuda con vencimiento.
La situación del Banco Sabadell no es equiparable por cuanto que se trata de una marca que ha experimentado un fuerte crecimiento en estos años, consolidando una posición en los mercados internacionales con la reciente adquisición de TSB, la séptima entidad financiera del Reino Unido. Eso sí, las subordinadas van a dejar también un mal sabor de boca que demuestra lainconveniencia de orientar los más sofisticados productos financieros a un mercado minorista poco preparado para encajar pérdidas de tamaña naturaleza. La quita de las obligaciones contrasta con las perspectivas del banco catalán, que mañana presentará sus resultados semestrales. El consenso de mercado apunta a unos beneficios de 355 millones, lo que supone más del doble con respecto a los 168 millones registrados en el mismo periodo del pasado año.
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