En resumen una iversión inicial de 200 millones de euros que alcanzarían los 700 millones en fases sucesivas.
La CAM fue intervenida en 2011, con 5.300 millones de capitaL y una EPA, esquema de protección de activos, de 16.000 millones de euros.
El Banco Sabadell compró la Cam y se quedó con el macroproyecto Cabo Cortés, dentro de los activos cubiertos por el EPA.
Cabo Cortés replica fuera de nuestras fronteras, proyectos tales como el Reino de Don Quijote en Ciudad Real, el Parque Warner de Madrid, Puente Largo en Aranjuez, la Expo de Zaragoza, el parque fluvial de Valencia, la Ciudad de la Cultura de Santiago, etc..
El esquema fue el habitual: la caja no sólo financiaba el coste sino que participaba en la promoción con el 50% de la empresa conjunta, el otro 50% era de Hansa Urbana.
Pero existía un problema, se trataba de un parque nacional protegido, y la amenaza de atentado medioambiental puso en pie de guerra a los ecologistas, que montaron manifestaciones y protestas en México.
En julio de 2011, hubo que refinanciar, y como Hansa tenía la caja vacía la CAM se hizo con la mayoría de la empresa, pero ese mismo mes la entidad financiera fue intervenida por el Banco de España por insolvencia. En diciembre, el Banco Sabadell ganaba la subasta de la CAM al ser la única oferta y se garantizaba un EPA gigantesca que cubría las posibles pérdidas de la exposición inmobiliaria de la caja alicantina, incluyendo Cabo Cortés.
Sabadell decidió vender el proyecto a un consorcio formado el grupo americano Glorius Herat Group y el chino Beijing Sansong International Trade Group y China State Construction Engineering Corporation. Estos han planteado un nuevo proyecto llamado Cabo Dorado que esperan que esta vez sí sea aprobado. No es tan megalómano como el inicial y, desde luego, la inversión que han realizado es muy inferior a la de la CAM. De hecho, algunas fuentes aseguran que el Sabadell prácticamente lo ha regalado.
Lo cual no significa que haya perdido dinero. La garantía del FGD cubre el 80% de las pérdidas, y entre las provisiones que tenía dotadas la CAM y las de Sabadell se cubre el resto. Es decir, que cualquier precio positivo supone un beneficio para el Sabadell.
|