Grecia no es el problema. Así lo entienden los inversores, quienes pese a la victoria de los partidos helenos más pro euro, siguen castigando a la prima de riesgo española. Una jornada más las dudas sobre la capacidad de España de salir sola del agujero han vuelto a colocar al diferencial del bono a 10 en nuevos máximos
Elena Hita | Javier González | Madrid.
Tras unas primeras horas de indecisión, la prima ha retomado la senda alcista y ha vuelto a marcar un nuevo máximo 574 puntos, tras haber rondado los 585 puntos durante la jornada. Por su parte, la rentabilidad exigida por el bono a 10 años en los mercados alcanzó la temida barrera del 7,2% antes de cerrar en el 7,18%. Ambos niveles son máximos desde que España entró en el euro.
Y es que, ese porcentaje supone entrar en la zona de rescate. Al menos, en ese nivel estaba la deuda a largo plazo de los países ya intervenidos. Si bien, hay otros baremos a tener en cuenta antes de ser asistido como nación, y que nuestro país aún no ha rebasado.
Mientras, la prima de riesgo italiana sigue a poca distancia a la española. Con un diferencial de 464 puntos, los mercados creen que la crisis española podría arrastrar al país cisalpino.
Desunión Europea
Las dudas giran en torno a dos claves: si Europa avanza hacia una unión fiscal, bancaria y monetaria total; y si España necesita un segundo rescate.
"Continúan pesando las dudas del mercado sobre el futuro del euro, y el hastío sobre las soluciones parciales de Europa a sus problemas", señala Daniel Pingarrón, Estratega de Mercados de IG Markets.
"Los mercados exigen un plan completo de viabilidad de la divisa común, que pase por un cambio sustancial en el enfoque de la crisis de deuda y de la recesión que sufrimos", añade el analista, quien pone el foco en dos fechas decisivas: el posible tercer plan de alivio de la Reserva Federal (Quantitative Easing'''''''') y el cambio de rumbo en la cumbre del Eurogrupo de finales de junio.
Mientras, la prensa irlandesa apunta a que la ''''''''troika'''''''' está negociando ampliar de 15 a 30 años el plazo de devolución de la ayuda recibida para sanear su banca.
España, asfixiada
Según el ''''''''think tank'''''''' europeo Bruegel, el problema de España es el impacto que tendrá la línea de crédito de 100.000 millones de euros en su endeudamiento neto. Los inversores temen que un aumento de la deuda del 10% del Producto Interior Bruto (PIB) reparta entre ellos una carga superior de los impagos, tenga el rescate prioridad o no en el cobro en el caso de bancarrota.
Mientras tanto, a pesar de las peticiones de socorro hechas desde España, el Banco Central Europeo sigue sin intervenir: no compró un céntimo de deuda española en los mercados secundarios la pasada semana.
Desconfianza general
En la renta variable, la valoración de estos resultados tampoco ha calmado a los mercados y la volatilidad continuó marcando el ritmo bursátil. Después de unas tímidas subidas, el rojo se instalaba en el parqué. La Bolsa española, que fue la que más avanzó en los primeros momentos de negociación, cedió un 2,96%, cerrando así en 6.519 puntos.
Para más inri, este lunes se ha conocido que la tasa de morosidad vuelve a subir. En mayo se situó en el 8,72%, situándose en su mayor nivel desde 1994.
Entre los valores más castigados se encontraron los financieros, con Bankia (-9,02%) a la cabeza. Banco Santander (-4,57%), BBVA (-4,21%), Popular (-5,44%), Bankinter (-4,69%) y Caixabank (-2,32%) también se tiñeron de rojo.
Pero no son los únicos. El resto de pesos pesados también sufrió el desplome, entre ellos Repsol (-3,25%), Telefónica (-3,92%) e Iberdrola -5,17%). Una situación que contrasta con la calma en el Dax de Fráncfort (0,3%) y el Cac de París (-0,69%)
"El problema no es Grecia es Europa", insiste el director de Estrategia y Macroeconomía de Inverseguros, Alberto Matellán. "Mientras Europa no dé un paso adelante decisivo esto no se soluciona", asegura. Y nombra dos ejemplos, la unión bancaria y los eurobonos, esa herramienta que la canciller Merkel rechaza de plano, porque supondría colocar su deuda, hoy por hoy la más segura, al nivel de los países rescatados.
"La clave", dice Matellán, "es darle la vuelta a la tendencia de ruptura en la Unión Económica Monetaria y volver a una tendencia de unión. En este contexto, la influencia de Grecia es reducida".
IG Markets considera que "al haberse despejado la incógnita" de las elecciones griegas "el foco de atención se vuelve a centrar en la situación de la banca española". Su estratega de Mercados, Soledad Pellón, señala que "los mercados están echando de nuevo un pulso a los líderes mundiales para que no cesen en la búsqueda de soluciones para Europa".
Los inversores especulan con la posibilidad de que coincidiendo precisamente con el inicio del G-20 este lunes, las dos auditoras independientes contratadas por el Gobierno para examinar las cuentas de la banca desvelen sus resultados.
La semana pasada se rumoreó que la cifra podría alcanzar los 70.000 millones. El FMI cifró la cuantía en 40.000 millones |