Bankia recibirá una inyección de dinero público por entre 7.000 y 10.000 millones.; Los expertos financieros tildan esta ayuda de "rescate", mientras que Economía lo niega "rotundamente" y dice que es un "plan de saneamiento y reestructuración"; En un rescate, el Estado es el que aporta dinero a la entidad y quien la supervisa, aunque sus gestores pueden seguir siendo privados; La línea entre la intervención y la nacionalización es más sutil: el Estado toma el control de la entidad, pero una intervención entraña un ejercicio disciplinario.
SARA RÍOS 08.05.2012 - 18.33h
La inyección de dinero público a Bankia que planean el Gobierno y el Banco de España —podría llegar hasta los 10.000 millones de euros— es el último capítulo de ayudas del Estado al sector financiero.
Aunque los analistas económicos y la prensa especializada no dudan en tildar esta ayuda de "rescate", el Ministerio de Economía reitera una y otra vez que el plan de saneamiento de Bankia no es más que eso, "un plan de saneamiento, reestructuración y mejora del gobierno corporativo que garantice su viabilidad futura", y niega "rotundamente" en un comunicado difundido este martes que se trate de una intervención.
Partiendo de la base de que son ayudas públicas, ¿es lo mismo un rescate a una entidad financiera que una intervención o una nacionalización? Juan Fernando Robles, director del Instituto Superior de Técnicas Bancarias, indica a 20minutos.es que la diferencia principal está en el "procedimiento" y que, a efectos prácticos, "es una diferencia sutil".
En el caso del rescate público a una entidad, el Gobierno es el que aporta capital. Aunque es tarea del Estado supervisar ese banco o caja, el grado de intervencionismo termina ahí, ya que se deja que la entidad mantenga a gestores privados. Según el director del Instituto Superior de Técnicas Bancarias, un rescate puede ser "más informal" que una intervención.
Además, el rescate puede realizarse de diferentes formas: con ayuda pública —del FROB— o proveniente de otras entidades. En cualquier caso, el Estado salva una entidad "cuando no encuentra en el mercado privado quien la rescate", matiza Juan Fernando Robles.
Una intervención supone que el Banco de España, el Gobierno o el FROB —dependiente del Banco de España— "tomen el control de la entidad y renueven el consejo gestor porque dicha entidad no tiene viabilidad por sí sola", explica Robles. Los nuevos gestores de la entidad son puestos normalmente por el Gobierno.
Otro factor que define una intervención es que suele estar acompañada de una serie de incumplimientos normativos. "La intervención se rige por la Ley de disciplina e intervención de las entidades de crédito, es la legislación quien la regula" dice este experto, que añade que cualquier otro tipo de "ayuda" atiende a otras normativas o a fórmulas más informales.
Existe otro supuesto, que es que un baco o una caja haya llegado a una situación de insolvencia: "En ese caso se haría directamente una nacionalización".
La nacionalización es la toma de control de una entidad por parte del Estado. "No es una intervención propiamente dicha", aclara el director del Instituto Superior de Técnicas Bancarias, sino que el Estado —a través del FROB— se hace con la mayoría del capital de la entidad y en algunos casos mantienen a los gestores que había antes de su nacionalización.
Al igual que en una intervención, los accionistas pierden su dinero, pero "a veces no se quiere recurrir a ella —a la intervención—, porque entrañaría un ejercicio disciplinario por parte de la entidad", apostilla Robles.
La nacionalización de una entidad es, por tanto, una forma de intervención, pero de manera "más suave", según Robles. Y pone un ejemplo práctico: "La CAM fue intervenida, mientras que Catalunya Caixa fue nacionalizada. En este último caso se mantuvo la gestión, los directivos son los mismos, pero el propietario es el FROB", subraya.
Bankia
En el caso de Bankia, lo que se está planteando es un cambio en la gestión y una inyección de dinero público —por lo tanto, un "rescate"— a través de un instrumento denominado bonos contingentes convertibles o cocos.
Estos bonos no dejan de ser un préstamo de dinero público que se convertirían en acciones "si la entidad financiera no es capaz de encontrar accionistas ni recursos para devolver lo prestado", indica Robles. En ese caso, si el banco no fuese capaz de devolver la ayuda el Estado pasaría a ser accionista y por lo tanto se hablaría de una nacionalización.
Así las cosas, si el saneamiento de Bankia y la inyección de dinero público se materializase a través de este tipo de bonos —como ha dicho el Ministerio de Economía—, ello significaría que se está abriendo la puerta "a una nacionalización de esta entidad", sentencia el director del Instituto Superior de Técnicas Bancarias.
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