HOY José Antonio Iturriaga desvela en Les Corts el desgobierno de CAM, fija el inicio de la crisis en la llegada de Roberto López Abad a la dirección general y asegura que el consejo de adminsitración no estaba preparado para gestionar la entidad
VALENCIA. El administrador del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en Banco CAM José Antonio Iturriaga abrió este jueves la comisión de investigación sobre la CAM en Les Corts. Durante las cuatro horas que duró su comparecia ante los diputados de los cuatro grupos parlamentarios, rompiendo las otras veces estrictas normas sobre el tiempo de los comparecientes, ahondó en el desolador panorama que se encontró a su llegada a la entidad tras la intervención del Banco de España: "Nosotros [por él y el resto de administradores que, finalmente no ruvieron que comparecer] solemos decir que la CAM tenía un politraumatismo".
Iturriaga ofreció datos concretos de lo desolador del escenario que habían dejado los anteriores responsables, solvencia por los suelos, morosidad disparada y graves problemas de capitalización que, de no atenderse, hubieran acarreado la quiebra. "¿Cómo se llegó a esa situación? ¿Quienes son los responsables?", le inquirieron los desde los escaños. E Iturriaga no se fue por las ramas: "Sin lugar a dudas, los directivos de la entidad".
Y aunque algunos de los miembros de la comisión trataron de apuntar al Banco de España o al Instituto Valenciano de Finanzas (del que por cierto dijo desconocer su existencia), como responsable por falta de supervisión, Iturriaga, educado, cómodo en su papel y cercano a los diputados que le preguntaban, rechazó esa teoría.
Si bien cuando el Banco de España interviene una entidad los administradores que toman el poder cuentan con que alguna irregularidad van a encontrar, el caso de CAM superó con mucho lo esperado. Sin repetir la ya histórica frase "la CAM es lo peor de los peor" pronunciada por Miguel Ángel Fernánfez Ordóñez, Iturriaga se acercó mucho a ese diagnóstico: "No había control alguno sobre la actividad crediticia, las decisiones se tomaban sin valorar los riesgos, y cuando la situación empezó a ser grave en lugar de rectificar iniciar una huída hacia adelante que la agravó aún más".
La carrera de CAM hacia el precipicio se inició en 2001, según el administrador (ahora incorporado al equipo del Banco de Valencia también en manos del FROB). ¿Qué ocurrió aquel año? Las presiones políticas de una Generalitat ya gobernada por Eduardo Zaplana logró apartar de la dirección general a Juan Antonio Gisbert. Empezaba la era de Roberto López Abad. "CAM inició una expansión muy intensa, con la concesión de créditos fundamentalmente a constructras, que creció un 300%". "No se seguían los procedimientos normales para analizar simlas operaciones era viables. Con tener un aval era suficiente. No se comprobaba que el cliente pudiese pagar el préstamo. También se decidían en la cúpula directiva decisiones se inversión o de las que el consejo de administración no se había pronunciado o en el mejor de los casos se daban por enterados...", desgranó Iturriaga.
Pero si los directivos -expedientados por el Banco de España y a punto de ser denunciados pormla vía penal para que devuelvan unas indeminizaciones multimillonarias que ellos mismo se adjudicaro para prejubilarse- fueron los responsables por acción, Iturriaga no se quedó corto con los miembros del consejo de administración, que en la recta final de la caja presidía Modesto Crespo
"El debate en los consejos era nulo. Se limitaban a darse por enterados de los asuntos ya decididos que llegaban a la mesa. No tuvieron la diligencia adecuada... Es que, como conocen" -señaló verbalmente y con intención a los diputados- "los órganos de gobierno de las cajas se forman por cuotas [entre ellas, la que elige las propias Corts para que representen a la Generalitat], por lo que os consejeros carecían de las virtudes necesarias para entender y comprender un negocio complejo como el financiero, no estaban preparados".
Hubo decenas de preguntas más a las que respondió Iturriaga, desde el riesgo la Generalitat con CAM (un 10%) hasta la inversiones ´inducidas´ por el Consell: "En Terra Mítica se perdieron 70 millones, pero en todo caso eso no fue lo que hundió a la CAM"."En los meses en que hemos estado en la entidad hemos tenido que atender lo urgente: retomando el politraumatismo, tuvimos que actuar de inmediato sobre el corazón, los pulmones... Los huesos rotos quedaron para más adelante".
Una situación dantesca en una entidad que se negó a asumir la gravedad de su crisis, trató de ocultarla a la opinión pública, a sus clientes e inversores, a los reguladores y hasta los que iban a ser sus socios en Banco Base. "De no haber roto Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura el SIP con CAM la caja alicantina les hubiera arrastrado a todos".
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