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DAVID NAVARRO ALICANTE
y no la propia caja que, por el contrario, solía acabar de pagano del desastre. Uno de los casos más paradigmáticos es la relación que la CAM mantuvo con el grupo Nyesa, al que llegó a comprar un solar por más de 30 veces su precio original, según consta en el informe que ha elaborado el Banco de España sobre la gestión de los anteriores responsables de la entidad alicantina.
En el documento se señala que el epicentro de la maraña inmobiliaria que tejieron el exdirector general de la caja, Roberto López Abad, y el ejecutivo Daniel Gil Mallebrera fue la filial Tenedora de Inversiones y Participaciones S.L. (TIP), a través de la que se llegaron a aportar, mediante créditos o como capital, hasta 2.999 millones de euros a diversos proyectos. De ellos, el supervisor da por perdidos 1.011 millones.
Este negativo balance se debe, en buena parte, a prácticas tan poco rentables como la citada con el grupo Nyesa, con el que la filial de la CAM también comparte la propiedad de un importante hotel en Tenerife. Fue en mayo de 2004 cuando Nyesa Gestión compró unos terrenos en Biescas (Huesca) por importe de 1,3 millones. En diciembre de ese mismo año el suelo es traspasado a otra firma del grupo, Nyesa Pirineos, por la sorprendente cantidad de 46,8 millones y, para pagarlo, la caja le concede un préstamo de 32,7 millones.
Cinco años después, cuando en 2009 llegaron las vacas flacas al sector y el grupo no pudo abonar el crédito, la CAM acabó comprando los terrenos por 33,5 millones para evitar el impago. El resultado: los socios de la caja ganaron 31,4 millones con la operación, los mismos que perdió la entidad.

Fiasco en Benidorm
Algo similar ocurrió con la sociedad Emporio del Mediterráneo, que debía construir tres torres de apartamentos en Benidorm. Además de TIP, participaban en el proyecto Ecisa, Valenciana 89 y Edificaciones Calpe, propiedad del promotor Enrique Ballester. Fue esta última empresa la que en enero de 2004 adquirió el suelo sobre el que se desarrollaría la construcción por 23 millones de euros y la que en diciembre de ese mismo año se lo vendió a la nueva sociedad por 42,2 millones.
Como aportación de capital Ballester sólo puso 3,9 millones que, eso sí, perdió cuando decidió retirarse del proyecto en octubre de 2009 y cedió sus acciones a TIP por un euro. Aún así, las ganancias del promotor con esta operación ascendieron a más de 19 millones de euros en detrimento de la CAM, según los datos recabados por el Banco de España. El supervisor señala que este tipo de prácticas se repiten en al menos otra decena de sociedades en las que participa la filial de la caja.
Otra de las "especialidades" de López Abad y Gil Mallebrera, según el citado informe, fue la de permitir que los socios de la CAM dispusieran de fondos a su antojo sin justificar de antemano a qué proyectos se dedicaban. Además, con frecuencia se otorgaban carencias en el pago de créditos que tampoco estaban suficientemente motivadas, en opinión de los inspectores del Banco de España.

La trama mexicana
El ejemplo de esta falta de control es la sociedad Valfensal, participada en un 30% por TIP y propiedad en el restante 70% de Mar Confort, una compañía perteneciente, a través de un complejo entramado, a los empresarios José Vicente Ferri Guardiola y José Salvador Baldo Llorens, que ya realizaron su aportación inicial al proyecto mediante un préstamo de 20 millones de euros de la CAM. Esta compañía es la matriz de un grupo de firmas extranjeras que se dedica a la promoción de hoteles en México y el Caribe. En concreto, es la propietaria diversos terrenos en Costa Rica, República Dominicana y la Riviera Maya, donde también posee tres establecimientos en explotación.
Precisamente por este motivo, porque son hoteles en funcionamiento que generan recursos, el Banco de España no entiende que se hayan concedido préstamos con carencias hasta el año 2014. Igualmente señalan que no existen certificaciones de obra que garanticen que el dinero se ha destinado efectivamente a la rehabilitación de los hoteles. La complejidad de las operaciones con este grupo es de tal calibre que los nuevos administradores de la CAM designados por el FROB encargaron a la consultora Deloitte un estudio.
Por último, el supervisor critica la participación de la caja en proyectos que, directamente, califica como "especulativos". Uno de los más polémicos fue la alianza con Enrique Ortiz en la sociedad Dreamview, que compró 228.000 metros cuadrados de terrenos no urbanizables en la zona de Aguamarga, en Alicante, con la esperanza de que acabaran reclasificados para uso terciario. Además de pagar 8,9 millones por un suelo que estaba tasado en sólo 2,8 millones, la operación le ha valido a Gil Mallebrera el tener que declarar ante el juez que está investigando las supuestas irregularidades en la tramitación del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad.

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