La sociedad de inspiración mutualista cerró 2010 con las primeras pérdidas de su historia
Las dos grandes cajas desviaron operaciones poco sólidas para que las avalara la entidad
El riesgo inmobiliario acecha la viabilidad de la Sociedad de Garantía Recíproca
Miguel Olivares Valencia 6 FEB 2012 - 19:56 CET
La comisión ejecutiva de la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) encomienda el futuro de la entidad al rescate de parte del Consell. “Seguimos negociando con la Generalitat”.
La SGR, una entidad de inspiración mutualista constituida para conceder avales a pequeñas empresas sin necesidad de ofrecer todo su patrimonio como garantía, arrastra un déficit de solvencia que algunas fuentes cifran en torno a 30 millones de euros y que ha disparado las alarmas en el Banco de España.
La propia entidad apeló al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), su primer socio protector con un 11% del capital social de la entidad, para que cubriera ese agujero con una ampliación de capital. El IVF se comprometió a aportar 15 millones de euros a lo largo de 2010, pero las estrecheces financieras que atraviesa la Generalitat han hecho imposible el desembolso. Fuentes de la Consejería de Economía explican que el compromiso existe y se hará efectivo cuando sea posible. Una segunda aportación de otros 15 millones de euros es aún más improbable. No está recogida como tal en los presupuestos de la Generalitat para 2012, sino como una línea genérica para reforzar el sistema financiero.
La opción que baraja la SGR es ampliar la participación del IVF hasta el 21% para salvar los muebles.
García Puchol dirige la SGR desde su fundación hace 30 años
Pero fuentes financieras, sin embargo, sugieren que la Generalitat debería dejar caer la SGR para reconvertirla y garantizar su “viabilidad” en el futuro. La SGR de la Comunidad Valenciana concentra un tercio del riesgo avalado por todas las entidades similares en España. Ha crecido con el afianzamiento del IVF y de las dos grandes cajas pero sin excesivo rigor, según las mismas fuentes.
Las dos grandes cajas valencianas, Bancaja y la Caja de Ahorros del Mediterráneo, mantienen participaciones de un 2,6% del capital. Ninguna de las dos entidades está en posición de hacer grandes aportaciones.
El resto de socios protectores (patronales y cámaras) y partícipes (empresas que mantienen una pequeña participación mientras sus operaciones siguen vivas) son prácticamente testimoniales.
Juan Manuel García Puchol es el director de la SGR desde su constitución hace casi 30 años. José Roca, presidente de la patronal provincial de Castellón, preside la entidad desde hace 20 años. “Han cumplido su ciclo”, apuntan fuentes financieras.
También sugieren que la obsesión por crecer ha mermado la operatividad de una entidad que surgió para avalar préstamos por cantidades inferiores a los 300.000 euros. “Los préstamos de más de 50 millones de las antiguas pesetas ya los concedía el IVF, la SGR estaba diseñada para préstamos por cantidades inferiores pero se han avalado operaciones de hasta seis millones de euros”.
La memoria de la SGR de 2010 apunta que apenas un 10% del riesgo avalado está vinculado al sector de la construcción. Pero las mismas fuentes financieras apuntan que tanto Bancaja como la CAM recurrieron en su día a la SGR para que avalara préstamos que sus propios equipos técnicos consideraban dudosos para asumirlos directamente |