Cuando esta mañana abráis vuestros terminales, todos conoceréis ya, que la CAM ha sido nacionalizada porque el plan presentado por el Consejo de Administración le pareció inviable al Banco de España. Esa es la noticia que, aunque esperada, conocíamos sorpresivamente por la prensa a mediodía del viernes.
Detrás de esa fría información, quedan 135 años de historia de una entidad financiera fuerte y solvente, seña de identidad del sureste de España, que una tropa de ineptos megalómanos ha destruido en un corto espacio de tiempo.
Detrás de esa fría información, quedan miles de trabajadores que observan con estupefacción cómo una política suicida ha desembocado en la intervención de la entidad y ha traído incertidumbre a sus puestos de trabajo.
No es nada nuevo que nuestros dirigentes estaban conduciendo la nave de la CAM contra las rocas. Continuamente hemos denunciado -en circulares, en los juzgados, en la Asamblea General y donde ha sido posible- los desmanes de la Dirección y la actitud servil de unos consejeros más preocupados por los viajes suntuosos con los que les obsequiaba la empresa que por controlar la gestión de los directivos de la Caja.
Ahora que nuestro futuro está en manos del Banco de España, sólo cabe estar vigilantes y tranquilos; pero, ante todo, tenemos que pedir responsabilidades ante todas las instancias posibles. Ningún miembro de la dirección de la entidad debería “lavarse las manos y marcharse de rositas” tras haber convertido la CAM en un erial. Eso si, algunos se han ido con los bolsillos llenos y media hora antes de que los echaran.
El Sindicato ALTA seguirá el proceso y os informará exhaustiva y puntualmente. De momento, ya hemos solicitado una reunión con los nuevos gestores. |