Andrés García Reche; En un alarde de precisión y rigor analítico digno de mejor causa, el gobernador del Banco de España (BE) dejó caer la semana pasada una de esas frases que harán historia; "Lo de la CAM es lo peor de lo peor", exclamó el hombre cuasi indignado tras enterarse de las presuntas tropelías cometidas por alguno de sus directivos
Y es que según parece, el comité técnico designado por el propio BE para aclarar las cuentas y proceder al saneamiento de la entidad alicantina de ahorros, está descubriendo tal cúmulo de irregularidades que hasta una persona tan ponderada y segura de sí misma como Miguel Ángel Fernández Ordóñez, puede acabar perdiendo la compostura.
No seré yo, desde luego, quien enmiende la plana al Sr. gobernador. Si él lo expresa así, sus razones tendrá. Pero lo que no acabo de entender, por mucho que me lo expliquen, es cómo es posible que hayamos tenido que llegar a esta lamentable situación para que el BE se entere, por fin, de que algunos gestores de la CAM llevaran a cabo gestión tan desastrosa.
Porque, por si alguien todavía no lo sabe, resulta que el artículo 6 de la Ley de Autonomía del BE, que preside desde hace años Fernández Ordóñez, dice textualmente que "el Banco de España deberá supervisar, conforme a las disposiciones vigentes, la solvencia, actuación y cumplimiento de la normativa específica de las entidades de crédito y de cualesquiera otras entidades y mercados financieros cuya supervisión le haya sido atribuidas". Lo que quiere decir exactamente lo que dice.
Y no solo eso. Para lograr fines tan elevados, el BE dispone desde hace tiempo de un modelo de supervisión cuyo principal cometido es "asegurar la eficacia y la eficiencia de esta función, velando por que las entidades de crédito estén adecuadamente capitalizadas, cumplan la normativa vigente y sean prudentes en la gestión y control de su negocio y sus riesgos". Algo que (no se lo pierdan) el BE garantiza mediante un método la mar de sofisticado, conocido en medios financieros como SABER (Supervisión de la Actividad Bancaria Bajo el Enfoque Riesgo).
Entonces, yo pregunto: ¿cómo es que sabiendo lo que debe saber SABER nadie haya sabido hasta ahora lo que casi todos sabíamos de manera intuitiva, pero no podíamos demostrar porque no disponíamos de SABER (como Fernández Ordóñez) para saber lo que realmente pasaba en la CAM?
Algunos se inclinarán, como ya lo hizo en su día Bob Dylan, por aceptar resignadamente que the answer is blowing in the wind, pero yo creo que esto no viene sino a avalar mi conocida tesis de que el principal problema de España no es la ideología de quien gobierna, sino el nivel de incompetencia general que hemos alcanzado, sin distinción de profesión, cargo institucional, sexo, raza, o comunidad autónoma de nacimiento.
En mi modesta opinión, esto es, precisamente, lo que debiera preocuparnos en los próximos años y no quién vaya a ganar las elecciones del 20-N. |