Prevé un esquema de protección de activos por un máximo de 2500 millones de euros para incentivar la subasta
El Banco de España ha decidido abrir la mano para que la gran banca esté dispuesta a pujar por Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM); Está dispuesto a que el FROB asuma en 10 años el 80% de las posibles pérdidas que puedan aflorar en la caja alicantina en dicho periodo, hasta un máximo de 2500 millones de euros; El Estado se haría cargo del 90% de las pérdidas que sobrepasen esta cifra.
Este esquema de protección de activos se sumaría así a la inyección de capital realizada por el FROB a finales de julio por 2.800 millones de euros y que, según todos los expertos, no podrá recuperarse.
Esta es una de las principales novedades que incluye el libro de venta de CAM distribuido por Bank of America Merrill Lynch a finales de agosto. Pero no es la única. El supervisor también ha tenido en cuenta otra condición muy importante en estos momentos para que la banca se interese por la caja intervenida, su liquidez.
Tras inyectarle 3.000 millones de euros de liquidez en el momento de su intervención, la caja necesita casi el doble de fondos para asumir sus vencimientos. Por ello, el supervisor está dispuesto a insuflarle hasta un máximo de 2.800 millones de euros adicionales a los 3.000 primeros en tres años ampliable a otros dos más a un precio de euríbor más el midswap de la entidad que la adquiera. Eso sí, sin comisiones. La caja tiene solo este año vencimientos de deuda por 5.000 millones.
Las entidades interesadas en participar en la subasta de CAM tienen hasta el 26 de este mes para comunicar su interés. A partir de ahí, el banco de inversión seleccionará las ofertas, tras lo cual los posibles ofertantes tendrán cuatro semanas para presentar su oferta vinculante. De esta forma se pretende que la subasta de CAM finalice a finales de octubre, evitando así que la operación de salvamento llegue a las elecciones del 20-N.
Pero antes de que comience la subasta de forma oficial, el Banco de España ya ha hecho una selección previa de entidades y ha elegido a las grandes como Santander, BBVA y La Caixa. Considera que el agujero y la ampliación de capital que debe realizar la entidad que se lo quede es tan importante (los expertos calculan entre 3.000 millones y 4.000 millones) que solo podría hacer frente a la compra una entidad fuerte. También acudirán grandes bancos internacionales.
Se llevará CAM la entidad que solicite menos dinero al Estado. Pero las instituciones que podrían hacerse cargo de la caja aseguran que el agujero es tan grande que no podrán rentabilizar la compra.
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