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César González Bueno, CEO del Sabadell, y Josep Oliu, presidente, en la junta de 2022. Foto: RAFA MOLINA |
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El Banco Sabadell aún puede ''adelgazar'' más. Sumido desde hace dos años en una estrategia para liberarse de toda la ''grasa'' posible (descontado ya el ladrillo tóxico que logró soltar definitivamente en 2019), que lo ha llevado a reducir de forma drástica su red de oficinas, su negocio presencial de particulares y su plantilla, además de vender líneas de negocio no estrictamente bancario y renegociar con proveedores, ahora ha pasado a las operaciones puramente corporativas.
La entidad con sede en Alicante desde 2017 (se domicilió en la antigua sede de la extinta CAM en la avenida de Óscar Esplá para ''blindarse'' ante el desafío independentista) ha puesto en marcha un proceso de fusión por absorción de su filial Bansabadell Financiación EFC S.A., una firma dedicada fundamentalmente a conceder distintas formas de financiación a los empleados del grupo, para seguir adelgazando su estructura y con ello sus costes operativos. El proyecto de fusión, cuyo anuncio se lanzó a finales de diciembre, ya ha sido depositado en el Registro Mercantil de Alicante.
En esencia, la matriz del grupo, Banco de Sabadell S.A., actuará como sociedad absorbente de Bansabadell Financiación EFC (cuya sede, por cierto, sigue fijada en la localidad de origen del banco), en una fusión por absorción que se enmarca en el contexto de la reestructuración societaria que está llevando a cabo el grupo Banco Sabadell, a efectos de simplificar su estructura societaria. Siendo la absorbida una filial íntegramente participada de manera directa por la matriz, la fusión proyectada tendrá lugar según el procedimiento especial simplificado para estas operaciones.
Según el proyecto común de fusión, la operación tiene como objetivo "simplificar la estructura societaria, organizativa y de funcionamiento" del grupo Banco Sabadell al que pertenecen ambas firmas, "reduciendo los costes administrativos, de gestión y las obligaciones mercantiles, contables y fiscales del grupo". La sociedad absorbida, como es habitual en estos casos, se disolverá sin liquidación, transmitiendo en bloque todo su patrimonio a Banco Sabadell, que adquirirá por sucesión universal la totalidad de derechos y obligaciones de la firma.
Al ser una fusión simplificada, no se precisa del visto bueno de la junta de accionistas, de forma que el solo acuerdo de los respectivos consejos de administración implicados será suficiente. La fusión tendrá efectos contables a partir del 1 de enero de este año, dado que es el ejercicio en el que se aprobará, según se indica en el proyecto. Asimismo, el documento señala expresamente que Bansabadell Financiación EFC "no tiene empleados", por lo que la operación no tendrá impacto alguno sobre el empleo. Tampoco será necesario cambiar los estatutos ni el consejo de administración de la matriz.
Vehículo de la financiación a empleados
En realidad, como se decía, la sociedad que ahora se disolverá en la matriz tiene como función canalizar las operaciones habituales de financiación que realiza el banco (concesión de préstamos, créditos al consumo, hipotecas, financiación de compras, operaciones de factoring, arrendamiento financiero, emisión de tarjetas de crédito, etc) pero específicamente para "clientes que son en su mayoría empleados del grupo Banco Sabadell". Como es habitual, los trabajadores de la entidad disfrutan de condiciones específicas para estos productos, y desde su fundación en 1985, estas se habían canalizado a través de la sociedad Bansabadell Financiación EFC.
Leopoldo Alvear, director financiero, y César González Bueno, en una reciente presentación de resultados. Foto: BSAB
Según el balance aprobado y auditado con motivo de la operación de fusión, la filial del banco cuenta con un activo de casi 592 millones de euros, en forma fundamentalmente de préstamos concedidos (589 millones) y algo de liquidez (2,24 millones). El pasivo, por su parte, en forma de depósitos de esos mismos empleados a los que financia, es de 555 millones de euros, y el patrimonio neto se eleva a 37 millones de euros, de los que 24 se corresponden con el capital social. Como se ha dicho, la sociedad no tiene empleados ni ocupa instalaciones distintas a las de la matriz, de manera que la fusión conseguirá ahorros fundamentalmente en los terrenos mercantil y fiscal, una vez que este patrimonio y la operativa habitual de Bansabadell Financiación EFC pasen al Banco Sabadell.
Dividendo, beneficio y compra de acciones
Por otra parte, el Banco Sabadell llevó a cabo el pasado 30 de diciembre el abono del dividendo previsto para el ejercicio 2022, de 0,03 euros por acción. Un dividendo ''histórico'' en el sentido de que es el primero que se abona desde que la entidad se domicilió en Alicante, y que en total supone el desembolso de 168 millones de euros, una tercera parte del beneficio obtenido en 2021. En cuanto al cierre de 2022, que se conocerá en unas semanas, los analistas de Bloomberg anticipan otro beneficio histórico para la entidad alicantina, con cerca de 800 millones de ganancias, gracias al ''efecto tipos''.
La acción del Sabadell, gracias al ''giro'' experimentado en los resultados del banco, se ha revalorizado (aunque sigue estando baja) durante 2022 un 50,7%, lo que la convierte en uno de los tres mejores valores del Ibex-35. La capitalización de la entidad financiera se sitúa así en 5.000 millones de euros (superados ya en los primeros días de 2023). Y en este contexto, el presidente de la entidad, Josep Oliu, notificó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la adquisición de un millón de acciones del banco, con una inversión de 890.000 euros, y que eleva el porcentaje accionarial del mandatario hasta el 0,16% del capital, valorado en más de 8 millones de euros. |