La mesa de negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) en Banco Sabadell está estancada. En relación con el anterior proceso de salidas, el banco tiene posiciones negociadoras mucho más duras, lo que pone en juego la paz social en la entidad. Esto ocurrirá si el banco aplica el ERE sin pactarlo con los sindicatos.
DISTINTOS PLANTEAMIENTOS
Banco Sabadell afronta momentos decisivos. Necesita hacer un ajuste fuerte para ahorrar costes y la negociación del mismo, que está en el periodo formal, está lejos del acuerdo. El anterior consejero delegado, Jaime Guardiola, apostó por pactar un plan voluntario de salidas para 1.800 empleados y logró mantener la paz social, mientras que su sustituto, César González-Bueno, ha planteado un ERE en el que ofrece peores condiciones económicas que las del último pacto con las centrales.
Este es el marco en el que se encuadra la negociación. Quedan menos de 10 días para que termine el periodo formal de negociación del ERE y no se ha avanzado nada. El 15 de octubre está prevista la última reunión, aunque puede la negociación se puede prorrogar si las partes así lo acuerdan. El problema reside en tres puntos habituales de discrepancia: el número de salidas, las condiciones de las mismas y las franjas de edad para entrar en el proceso. En el primer caso, el banco movió ficha recientemente y redujo las salidas en 206, lo que deja en 1.730 los afectados frente a los 1.936 inicialmente planteados. En concreto, 1.450 salidas se producirían en la red de oficinas, de ellas, 1.025 serían puestos administrativos y 425, gestores, 35 en las direcciones territoriales y 245 en servicios centrales.
LA LÍNEA DURA
En cuanto a las franjas, el banco mantiene que se queden fuera del mismo los empleados que tienen entre 50 y 55 años. Lo hace por dos motivos: para conservar talento profesional y para evitar un posible mayor coste del proceso, porque no es lo mismo que entren nuevas prejubilaciones (normalmente serían los de 55 años), que el pago de una baja incentivada.
Las centrales consideran que la posición que lidera el consejero delegado, César González Bueno, que es el primer ejecutivo del banco, es muy dura, y diferente a la mantenida durante el tiempo que estuvo en la entidad su antecesor, Jaime Guardiola. «Gónzalez-Bueno ha venido a lo que ha venido», destacaron con cierta retranca fuentes de Comisiones Obreras en el banco. Se refieren a que el primer ejecutivo ha venido a realizar una labor ingrata como es ahorrar gastos sea como sea, lo cual implica tener posiciones muy duras e incómodas para los trabajadores, entre otros.
Está por ver cómo reacciona el banco a una cuestión muy traumática como es la convocatoria de dos jornadas de huelga -miércoles 6 de octubre y jueves 8 de octubre- tras paros parciales de la plantilla. También hubo huelgas en CaixaBank y BBVA en plena negociación de los últimos ERE. Esta medida de presión tuvo un efecto mucho más notorio en el caso de BBVA a la hora de mejorar las propuestas en busca de un acuerdo. Ambos procesos terminaron con un acuerdo entre las entidades y los sindicatos.
AVISO DEL GOBIERNO
CaixaBank, BBVA y Sabadell comparten otro hecho: el aviso para navegantes que les llegó de parte del Gobierno mediante carta. Con esta misiva, el ejecutivo metió presión a Caixabank y BBVA y el documento busca el mismo efecto en Banco Sabadell.
A su favor cuenta con una circunstancia: el Ejecutivo no ha derogado la reforma laboral del PP y Banco Sabadell puede aplicar el ERE sin necesitar autorización administrativa. Ahora bien, este mismo punto se le puede volver en contra por lo impopular de una medida así. Le afectaría a su reputación, incluso el ERE podría ser llevado a los tribunales. Ninguna de estas dos cosas le interesa a la entidad, inmersa en un nuevo plan estratégico que tiene como fin que el banco siga siendo independiente y camine solo en el sector.
MEJORAR LA PROPUESTA
Otro punto a tener en cuenta es cómo podría afectar al interés de otras entidades por Sabadell un banco que estuviera en conflicto con los trabajadores y los sindicatos. Y es que la entidad sigue estando en el punto de mira de cara a posibles fusiones. De hecho, el ajuste que va a hacer el banco se observa con atención porque supone dejar parte del trabajo hecho, si es que hubiera una fusión.
Los sindicatos quieren que el punto de partida sea el último acuerdo, el pacto de las 1.800 salidas voluntarias, pero Banco Sabadell no está por la labor porque se le puede disparar el coste del proceso, un ajuste con el pretende contribuir de modo decisivo a que el banco ahorre 100 millones de euros en 2023 y mejore su rentabilidad.
La propuesta incluye unas prejubilaciones que tienen unas condiciones peores que el ERE que pactó el banco con los sindicatos en noviembre del año pasado. En el último acuerdo, ofrecía para los empleados de 56 años y 57 años, el 75 % del salario anual + Convenio Especial con la Seguridad Social (CESS) con actualización del 1% anual. Ahora ofrece el 55%, con topes y descontando el paro. Pone en liza prejubilaciones para los que estén entre 58 y 62 años, a los que ofrece el 57% del salario anual.
SEGURIDAD SOCIAL
A los menores de 50 años, ofrecen pagarles 30 días por año trabajado con un máximo de 20 mensualidades y 2.000 euros por trienio completo.
Las condiciones son muy inferiores al anterior pacto, que establecía un importe máximo de 300.000 euros para los nacidos en 1962-1963-1964 y de 280.000 euros para el resto. Además, el banco se comprometió a «cubrir un año del pago a Seguridad Social en caso que se retrase la primera edad de jubilación anticipada, ahora en los 63 años», según señaló la entidad el uno de diciembre de 2020. |