El valor de entrada del Frob es una de las claves de futuro del sector
El futuro de muchas cajas de ahorros dependerá del trabajo de unos pocos hombres: los expertos a los que va a seleccionar el Banco de España para valorar las entidades y cifrar qué porcentaje de las cajas nacionalizadas tendrá el Estado tras las inyecciones de capital público del Frob.
Su trabajo se va a convertir en la primera referencia del valor de las cajas para los inversores internacionales y de su valoración también dependerá si las entidades más débiles son nacionalizadas parcialmente o por completo. El supervisor ultima la elección de estos expertos en un concurso en el que participan las principales auditoras globales (Deloitte, PwC y KPMG), según fuentes del mercado.
Son muy pocos los misterios para realizar estas valoraciones, pese a que los inversores privados no han querido entrar en ninguna caja por las dudas acerca de la calidad de los balances de algunas de estas entidades. Las opciones se reducen a dos métodos de valoración: el estático y el dinámico. El primero se limita a poner un descuento a los activos según están valorados en libros por las entidades, de acuerdo con la situación de mercado.
El segundo, el más utilizado, analiza los flujos de caja futuros de las distintas líneas de negocio y se les aplica un valor de mercado. Lo mismo ocurre con los inmuebles en balance, para los que se utilizan tasaciones independientes. “Cuando se confronta el resultado de este ejercicio con el valor patrimonial de la entidad, se conoce el descuento con el que el Estado va a entrar en las cajas”, asegura un experto en esta materia.
Si la valoración es razonable y las necesidades de capital no muy altas, la caja que recibe las ayudas públicas es nacionalizada parcialmente: las entidades originarias mantienen un porcentaje mayoritario de capital y durante los dos primeros años de presencia del sector público en sus consejos pueden elegir un inversor que sustituya al capital público. Si, por el contrario, las necesidades de recursos del Frob son muy elevadas y la valoración muy baja, la caja pasará a estar controlada por el Estado.
La principal referencia La principal referencia que se conoce por el momento de mercado es la de CaixaBank. La caja catalana ha señalado que su banco tiene un valor en libros de 20.600 millones y la va a colocar en el mercado con un descuento del 20%. “El resto de cajas que quieran poner en valor su banco lo van a tener que hacer con una rebaja mayor”, aseguran otras fuentes consultadas.
Los inversores privados que se han acercado a las cajas han solicitado descuentos de hasta el 60%, lo cual ha sido considerado por el sector como un precio demasiado bajo. No obstante, no sería extraño que los expertos seleccionados por el supervisor aplicasen rebajas de hasta el 40% del valor en libros de algunas cajas. “La casuística va a ser muy variada y es muy difícil aplicar un criterio general a todo el sector”, señalan fuentes cercanas al proceso.
En cualquier caso, se va a tratar de un trabajo de valoración muy delicado ya que está en juego el dinero de los contribuyentes y se realizará bajo el escrutinio del supervisor, de la Unión Europea y del mercado. Los inversores privados esperan con ansia esta primera referencia oficial del valor de las cajas, para hacer cálculos y valorar posibles inversiones.
La adquisición de capital por parte del Frob de las cajas tendrá que hacerse con criterios de mercado, para que el fondo pueda recuperar su inversión sin pérdidas cuando su participación pase a manos de un inversor privado, y así evitar que la Unión Europea considere la inyección como una ayuda pública.
Estos fondos públicos podrán ser computados como capital, según la nueva normativa internacional de Basilea III, hasta 2018, fecha en la que el Banco de España espera estar fuera de las cajas. Se desconoce qué pasará si para esta fecha el Frob no ha podido deshacerse de su participación. Por tanto, los auditores que seleccione el supervisor van a tener que hilar muy fino en su valoración, para evitar una sanción a España de la UE y que se malgaste dinero público en la reordenación bancaria. |