Un informe de Goldman Sachs revela que la banca española será la más sana de toda Europa en 2013
La compañía bancaria que se atrevió a predecir el medallero de España en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, publicó el pasado 31 de julio un informe sobre la salud de los bancos europeos.
Aunque parezca mentira, hasta cinco entidades españolas han logrado colarse en el ranking de los seis bancos más sanos de toda Europa. El podio se lo llevan el Santander, el Banco Popular y el BBVA por este orden, seguidos de Bankinter y el Sabadell en quinta y sexta posición, respectivamente. Según la firma estadounidense, las entidades españolas serán las más sanas de toda Europa tras haber superado el trago de la supervisión bancaria. Procedimiento de control que según Goldman, se extenderá en un futuro próximo al resto de entidades de la Unión Europea.
El balance contrasta con los resultados del último informe que publicó la entidad en abril del 2012, donde cifraba las necesidades de la banca española para el saneamiento en 58.000 millones de euros y estimaba que solo las «sociedades inmobiliarias» con las que el Gobierno quería «limpiar de ladrillo el mapa bancario» costarían entre 21.000 y 37.000 millones de euros.
La firma ha valorado en esta ocasión criterios como el apalancamiento, la calidad del crédito o la liquidez, aconsejando que no se excluya a las grandes entidades europeas como el Banco Santander o BNP Paribas si este examen «pretende ser creíble».
Tampoco a las pequeñas, ya que olvidarlas entraña importantes riesgos. Para defender su tesis cita a las entidades que han dado lugar a Bankia -Caja Madrid, Bancaja, Ávila, Segovia, Canarias, Rioja y Laietana-, que habrían quedado fuera de anteriores supervisiones europeas. En concreto advierte del riesgo de dejar fuera de la supervisión común a las cajas españolas y alemanas, a los bancos pequeños italianos y a los bancos mutuales franceses.
Goldman Sachs ha apuntado en la introducción de su informe que en la última cumbre de la UE se acordó una supervisión bancaria europea común, como condición previa para el desembolso de capital del fondo ESM directamente a los bancos y como condición previa para que el capital pueda ponerse a disposición de los bancos privados.
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