La asamblea general se celebrará en julio sin que esté clara todavía la participación del Sabadell en la entidad
DAVID NAVARRO ALICANTE Después de 137 años de historia, la CAM dejará de existir definitivamente como caja de ahorros el próximo día 9 julio, la fecha que han elegido los administradores designados por el FROB para convocar la que será la última asamblea general de la entidad alicantina. En ella los consejeros generales deberán aprobar la renuncia de Caja Mediterráneo a su ficha bancaria y su transformación en una fundación de carácter especial para gestionar los activos de la Obra Social, una vez que todo el negocio financiero ha sido segregado al nuevo Banco CAM y adjudicado al Sabadell. De lo contrario, la alternativa que se plantea es la liquidación total de la caja y de todos sus bienes.
Los consejeros, además, deberán tomar esta decisión sin que todavía esté clara la participación del grupo catalán en la citada fundación como patrono y financiador de la misma ya que, a día de hoy, sigue sin haber un acuerdo cerrado al respecto con la Generalitat Valenciana, que es quien deberá tutelar la nueva institución benéfico-social si finalmente se crea. En cualquier caso, el Sabadell ha dejado claro que constituirá su propia fundación para mantener la vinculación del Banco CAM con sus territorios tradicionales si no se produce el acuerdo, tal como afirmó su presidente, Josep Oliu, en la entrevista concedida a este diario. Entonces sería el Consell quien tendría un problema ya que debería encontrar otras fuentes de ingresos alternativas para mantener la antigua obra social de Caja Mediterráneo.
La asamblea también deberá refrendar la decisión más polémica que han adoptado los administradores provisionales: la amortización de las cuotas participativas por cero euros, después de que las pérdidas registradas por la entidad durante el año pasado les hicieran perder todo su valor y de que el FROB anulara el acuerdo del anterior consejo de administración de recomprar estos títulos similares a las acciones por 4,77 euros cada uno. De esta forma, los 54.000 ahorradores que adquirieron cuotas participativas habrán perdido oficialmente toda su inversión, a expensas de las compensaciones comerciales que el Sabadell quiera ofrecer a aquellos propietarios de estos títulos que, además, son clientes de Banco CAM.
Resistencia inicial En un principio, los administradores del FROB se habían mostrado contrarios a convocar a la asamblea general de la caja ante la posibilidad de que los consejeros se negasen a hacerse el "harakiri" y rechazasen la disolución de la entidad o la amortización de las cuotas. Así, se llegó a barajar que fuera el propio FROB o el Banco de España el que aprobase la transformación de la CAM en una fundación pero se descartó para evitar posibles problemas legales. Al final fue uno de los administradores provisionales de la entidad, José Antonio Iturriaga, quien confirmó la convocatoria del cónclave durante su comparecencia en la comisión de las Corts que investiga la caja alicantina. En cuanto a la campaña que el Sabadell ha puesto en marcha para recuperar la confianza de los clientes con cuotas, según informaron ayer fuentes de la asociación de impositores valencianos de la CAM (Aivcam), una de las soluciones planteadas es entregar a estos clientes acciones del grupo a cambio de que acepten aumentar su vinculación con la entidad mediante la contratación de planes de pensiones u otros productos, o la domiciliación de recibos.
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