José L. tramitó su visado de entrada al país días antes de apoderarse del dinero de la entidad en la que trabajaba
No fue un arrebato de última hora. Pepe diseñó un plan, analizó los detalles y lo ejecutó según el guión previsto para lograr un claro objetivo: llevarse casi medio millón de euros de la sucursal en la que trabajaba y huir lejos.
Fuentes de la investigación del caso han confirmado que el cajero José L., ya conocido popularmente como el ´Dioni de Molina´, solicitó un visado de entrada a Venezuela días antes de apoderarse de los 450.000 euros en la sucursal central de la CAM de Yecla, donde trabajaba desde hace poco más de un año. Pepe, a quienes los conocidos describen como «un tipo extraño y nervioso» que coleccionaba cromos de ´Dragon Ball´, se llevó de la entidad en la que trabajaba casi medio millón de euros el pasado 20 de abril y huyó.
Además de tramitar el visado de entrada, Pepe acudió a la comisaría de Yecla para poner su pasaporte en regla y tenerlo todo preparado para cuando llegara el momento de salir huyendo rumbo al país sudamericano, donde a lo visto tiene tiene intención de instalarse e iniciar una nueva vida a miles de kilómetros de la ciudad que estos días tanto hablar de él.
A la cinematográfica historia de el ´Dioni de Molina de Segura´ hay que sumarle otro detalle. Pepe, como todo cajero, tenía acceso a la sala donde se guarda el dinero de la sucursal. Esa llave que le abría las puertas de la tentación está con él en Venezuela.
Una vez que se descubrió toda la trama, la sucursal del banco se vio obligada a cambiar la cerradura de la sala donde se custodia el dinero. Esta medida de seguridad obedece a que el cajero, a fecha de hoy, lleva consigo la llave de esa caja que le cambió la vida el pasado 20 de abril, cuando decidió apropiarse de lo que no era suyo.
Probablemente para no levantar ninguna sospecha entre sus compañeros o tal vez como recuerdo de su fechoría, el caso es que Pepe cogió un avión rumbo a Caracas con el dinero en un bolsillo y la llave de la caja en otro.
Mientras la orden internacional de búsqueda y captura de el ´Dioni de Molina´ sigue su curso, en Yecla la noticia sigue siendo el centro de los comentarios de los vecinos. Curiosamente, los yeclanos parecen haberse puesto esta vez del lado del presunto delincuente, y pocos critican el robo del dinero del exempleado del banco. La mayoría de comentarios, si bien no justifican el delito, si que lo tratan con cierta sorna y bastante gracia.
De la misma forma, no hay entre los clientes del banco una sensación de desprotección de su dinero, sino que se lo han tomado como un incidente aislado que no repercute en la sucursal ni por supuesto en sus ahorros.
El cajero no era demasiado conocido en Yecla, a donde llegó hace más de un año. Luego estuvo de baja por una operación la que se sometió y volvió a su puesto de trabajo hace unos meses. Quienes le conocía le definen como «un tipo nervioso y con un mundo interior muy grande. Sabía de todo y le gustaba hablar de todo», explican algunos clientes del bar que frecuentaba. Eso sí, «contaba poco sobre su vida privada», recuerdan quienes estos días repasan sus gestos y sus últimos movimientos tratando de encontrar alguna pista sobre su plan en ellos.
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