El gobernador del Banco de España no calibró el agujero de Bankia y permitió fusiones inviables en el sector
12 Mayo 12 - - B. Carrascosa
Madrid- La intervención de BFA-Bankia y la reforma financiera anunciada el viernes por el Gobierno han aumentado la presión sobre el gobernador del Banco de España (BdE), Miguel Ángel Fernández, por su labor al frente de la institución encargada de velar por la salud de las instituciones bancarias de nuestro país. Ordóñez –designado por el PSOE en julio de 2006– ha cometido posibles errores en su gestión al frente del regulador, entre los que destacan los siguientes: - Omisión de la situación de quiebra técnica de algunas entidades en los procesos de fusión. Bajo el informe favorable del Banco de España se han producido fusiones inviables que han derivado en la intervención por parte del Estado al lastrar la solvencia del grupo resultante. Sucedió con Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) –que fue intervenida–, con Bancaja-Banco de Valencia en Bankia, con NovaGalicia, CatalunyaCaixa y Unnim. Todas fueron finalmente intervenidas. Además, Ordóñez dio su visto bueno a los planes de saneamiento de entidades como Bankia –con ligeras reservas–, e ignoró el agujero de su balance y la resistencia del auditor a firmar sus cuentas anuales. El 17 de abril del presente ejercicio, el regulador dio luz verde a todos los planes de saneamiento presentados por las entidades deficitarias. - Ausencia de sanciones a los directivos fraudulentos. Hasta la fecha, sólo los directivos de entidades intervenidas por el Banco de España (y no todos) han sido sancionados por su labor al frente de los bancos. Los déficit de fondos de insolvencia y recursos propios, que son infracciones graves, no han derivado en multas. - Actitud tolerante con prácticas abusivas. El Banco de España ha permitido las prácticas abusivas de las entidades con los clientes y ha tolerado la venta de acciones preferentes y subordinadas de cajas que finalmente quebraron. Los inversores perdieron la práctica totalidad del capital. - Nombramientos a dedo. Ordóñez ha sido criticado por designar, supuestamente «a dedo», hasta a 20 empleados de la Dirección General de Supervisión del Banco de España sin contar con el respaldo de la oposición
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