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19/09/08. Sociedad. Unicaja no se gasta todo el dinero que anuncia para su Obra Social. Desde hace años existen partidas que se han presupuestado para fines benéficos que no se han ejecutado. Reunido en el hotel de lujo Reids Palace de la isla de Madeira, en mitad del Atlántico, el Consejo de Administración de la entidad financiera decidió el pasado 1 de agosto desviar estos fondos no ejecutados de su Obra Social a otros menesteres. ¿De cuánto dinero estamos hablando? No se sabe con exactitud aunque varias fuentes internas aseguran que es una cifra de siete dígitos, millones de euros. El sindicato de Unicaja COMFIA-CCOO ha preguntado oficialmente por el montante exacto de dinero que se dejará de invertir en proyectos sociales antes de decidir su postura. Por su parte, los responsables de la caja de ahorros se niegan a responder a las preguntas que EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.com ha realizado en este sentido. Será en la Asamblea Ordinaria de la entidad del próximo 27 de septiembre cuando se decida finalmente sobre esta cuestión.

LOS miembros del Consejo de Administración de Unicaja viajaron el pasado agosto a la Isla de Madeira donde se alojaron en el Hotel Reids Palace, considerado uno de los mejores del mundo y cuyas habitaciones salen por unos cuantos cientos de euros la noche. Allí reunidos, en mitad del océano Atlántico, tranquilos y alejados de los agobios de estos tiempos de crisis, decidieron la "disolución de obras sociales y la movilización de fondos no aplicados en la Obra Social", según consta en el punto 5º de los asuntos que propusieron para la Asamblea General Ordinaria de la entidad prevista para el próximo 27 de septiembre.

EN este documento se explica que existen "fondos correspondientes a dotaciones realizadas a la Obra Social de la caja en pasados ejercicios que no han sido aplicados en las actividades realizadas por la citada Obra. Dichos fondos no se encuentran comprometidos ni la entidad estima indispensable su asignación para el mantenimiento y desarrollo de su obra social en los ejercicios venideros".

SIN especificar de qué cantidad económica se está hablando, los miembros del Consejo de Administración alojados en este lujoso establecimiento defienden en su propuesta a la Asamblea "la aprobación de la movilización de los fondos no aplicados de la Obra Social". La razón de esta medida responde al "fortalecimiento de recursos propios, especialmente considerando la actual coyuntura económica", remacha el comunicado.

¿DE cuánto dinero estamos hablando? ¿Es que sobra liquidez en la Obra Social? ¿Por qué sobra y no se gasta en unos tiempos de necesidad social? ¿Qué proyectos han quedado sin ejecutar? ¿Desde cuándo sucede esto? ¿A dónde va a parar este dinero sobrante? ¿Aprobará la Asamblea de Unicaja un desvío de fondos sin conocer la cantidad? ¿Qué piensan de esto los políticos y sindicalistas que forman parte del Consejo de Administración? Son algunas de las preguntas que se intentaron formular ayer en la entidad, pero como viene siendo habitual, la directora de comunicación, María Eugenia Martínez Oña, se negó a hablar con EL OBSERVADOR.

FUENTES internas de la entidad informan de que la cantidad que se piensa desviar sería como mínimo de siete dígitos, millones de euros, pero la cifra exacta sigue siendo un misterio. El sindicato Comfia-CCOO (cuyo representante José Luis Cid se negó a acudir a la reunión de Madeira para ser consecuente "con la política de contención de gastos que actualmente se predica desde todas las instancias de la entidad") ha presentado una pregunta oficial para conocer cuánto dinero se va a retirar de la Obra Social. Una decisión que deberá ser tomada definitivamente en la Asamblea General Ordinaria de la entidad prevista para el próximo 27 de septiembre.

UNICAJA cuenta con un depósito específico denominado Fondo Obra Social. Este depósito, atendiendo a los informes y memorias de la propia caja de ahorros, era de 142 millones de euros en 2006, de 119 millones de euros en 2005 y de 127 millones en 2004.

LAS cajas de ahorros se diferencian de otras entidades financieras como los bancos en que su naturaleza es benéfica y social. Mientras que los bancos, como organismos privados que son, sólo rinden cuentas ante sus clientes y accionistas y su objetivo declarado es la obtención de beneficios económicos, las cajas de ahorros son instituciones no lucrativas con participación pública que deben su razón de ser a los beneficios que reportan al conjunto de la sociedad a través de su Obra Social.

EL primer indicador de la implicación social y de la responsabilidad corporativa de una caja de ahorros viene fijado por el porcentaje de beneficios que dedica a su Obra Social. Una proporción que en el caso de Unicaja en 2006 apenas supera el 17%, mientras que la media del sector es de 37%, según informa la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA). Entre los años 2001 y 2007 este porcentaje se redujo progresivamente y nunca superó el 22% del total de los beneficios. Un estudio de la revista Consumer situó a la caja andaluza como la más egoísta e insolidaria de entre todas las del sector.

EL segundo indicador que muestra el perfil de las cajas de ahorros lo marca la distribución por áreas del presupuesto de la Obra Social. Un punto en el que Unicaja también mantiene una evolución divergente al que siguen otras instituciones homólogas. La CECA ha informado que el área de Asistencia Social y Sanitaria mantiene una tendencia al alza en el sector desde hace años y en 2006 recibió el 32,75% del total del presupuesto. En la institución que dirige Braulio Medel esta proporción es del 27% en 2006, era del 30% en 2005 y en 2004 fue de un 19%. 

UNA línea de acción que se explica porque lo que se quita a Asistencia Social se da a Cultura y Deportes, áreas que en 2006 acapararon el 55% de los fondos de la Obra Social de Unicaja (50,5% en 2005, 66% en 2004). En contraste, la CECA informa que la media que se destina al área de Cultura y Tiempo Libre vuelve a perder peso relativo entre las cajas de ahorro, pasando desde el 42,41% de los recursos en 2005 al 39,23% sobre el total de la obra social en 2006.

ENTRE los miembros del Consejo de Administración de Unicaja destacan figuras del PSOE como la diputada andaluza Marisa Bustinduy, el eurodiputado Juan Fraile o el alcalde de Antequera, Ricardo Millán; también hay en el Consejo miembros del Partido Popular como el concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Málaga, Juan Ramón Casero, e incluso políticos andalucistas como Ildefonso dell´ Olmo.

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