La salvación de ese sistema financiero español que era la envidia de todo el universo y más allá nos ha costado a los ciudadanos 7500 millones de euros, y subiendo; La factura real es mucho mayor porque a esta cifra habrá que sumar el dinero en la obra social de esas cajas que, una vez transformadas en bancos, desaparecerá; ¿A qué espera el supervisor de este negociado, el gobernador del Banco de España, para pedir mil disculpas y presentar su dimisión?
A Miguel Ángel Fernández Ordóñez (también conocido como MAFO) le hemos escuchado dar lecciones sobre la reforma laboral, sobre la edad de jubilación, sobre la negociación colectiva, el Gobierno y la oposición. Sólo le ha faltado opinar sobre Mourinho y el Real Madrid. ¿Y de lo suyo? A la vista está. El mismo MAFO que pedía moderación salarial ha tolerado que cajas en las que hemos tenido que inyectar dinero público pagasen sueldos obscenos a sus ejecutivos. El mismo gobernador que quería abaratar el despido no ha impedido que cinco altos cargos de la quebrada CAM se repartiesen 15 millones de euros de indemnización. El mismo Ordóñez que se lamentaba de los excesos del ladrillo no hizo nada para evitar la burbuja, como denunció un duro informe de la mismísima Comisión Europea.
MAFO se queja ahora de que la CAM es “lo peor de lo peor”; no parece la mejor manera de evitar una fuga de clientes que la hunda aún más. Más que estas descripciones, el gobernador debería desvelar los informes de sus inspectores, que llevan tres años empotrados en esta caja. Hay dos opciones: que los directivos de la CAM mintiesen al Banco de España, lo cual sería un delito, o que fuese el Banco de España quien dejó hacer durante tres años, lo cual sería una gravísima neglicencia más. |