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Los servicios jurídicos del Banco de España ya han empezado a estudiar la apertura de un expediente administrativo contra la antigua cúpula de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Según fuentes financieras consultadas, el expediente analizará tanto la tarea del consejo de administración, de quien el Banco de España considera en informes previos que no controlaba de forma suficiente a los gestores, tanto a la actual directora general, María Dolores Amorós, como, sobre todo, a su antecesor, Roberto López Abad.

La intervención de laCAMse produjo el pasado viernes y en el Banco de España no hay decisión tomada ni atisbo de la misma sobre qué sanciones se pueden imponer. Pero las fuentes consultadas recuerdan los antecedentes. En los dos casos recientes en que el supervisor destituyó al consejo de administración de una entidad, Caja Castilla-LaMancha y CajaSur, hubo cuantiosas sanciones para consejeros y directivos.

Pero el Banco de España se toma su tiempo. En el de CCM, pasaron 10 meses desde la intervención a la propuesta de sanciones. En el de CajaSur fueron 11. Es decir, las sanciones tardarán en llegar. Además, lo que hace el supervisor es proponer multas e inhabilitaciones, llegado el caso, porque las sanciones las impone el Gobierno, a través del Ministerio de Economía y Hacienda.

Las fuentes consultadas dan por hecho que la cúpula de la CAM será sancionada, aunque habrá que concretar las infracciones cometidas. La que seguro caerá sobre ellos es una infracción muy grave por «deficiencias en su estructura organizativa, en sus mecanismos de control interno o en sus procedimientos administrativos y contables, incluidos los relativos a la gestión y control de los riesgos, cuando tales deficiencias pongan en peligro la solvencia o viabilidad de la entidad».

Así se establece en el artículo 4.n de la Ley de Disciplina e Intervención del Banco de España. Y la infracción que detalla ya ha sido detectada y explicitada por el supervisor. «La caja no tiene implantados suficientes procedimientos de control interno», reza un requerimiento enviado a la propia CAM, en el que se apuntaban «deficiencias críticas» en la organización.

Con esos mimbres, las sanciones para la cúpula de la CAM son inevitables. Por el descontrol, y por no atender las órdenes del Banco de España para subsanarlo. Ambos aspectos constituyen dos infracciones muy graves de la ley. En contra de los gestores de la CAM juega, además, el endurecimiento de la Ley de Disciplina e Intervención que el Gobierno y el Parlamento hicieron a través de la Ley de Economía Sostenible. Hasta entonces las sanciones muy graves suponían una sanción máxima de 150.000 euros. Ahora la multa puede ascender a 500.000. Y cada infracción conlleva una multa distinta y acumulable.

Además, la legislación insta a tener en cuenta el tamaño de las entidades, y la CAM es mucho mayor en activos que la suma de CCM y Caja- Sur. A más tamaño, más grave se entiende el comportamiento. A eso se pueden añadir suspensiones para el ejercicio del cargo por un máximo de cinco años e inhabilitaciones para desempeñar cualquier tarea en el sector financiero por un periodo máximo de 10 años.

Los precedentes de CCM y Caja-Sur son claros. A la cúpula de la caja cordobesa les cayeron sanciones por importe de 2,4millones de euros. El clérigo que la presidía, Santiago Gómez Sierra, sufrió una multa de 180.000 euros. En el caso de CCM, su ex presidente y ex diputado del PSOE Juan Pedro Hernández Moltó tuvo que abonar una sanción de 155.000 euros. Además, tras las denuncias presentadas por el PP, la Fiscalía Anticorrupción entró en el asunto. Y la Audiencia Nacional para analizar posibles delitos penales.

Ésta es la senda tortuosa por la que ahora deben andar los gestores de la CAM, los actuales y los pasados, porque el Banco de España revisa lo ocurrido en los últimos cinco años. Por ello se pueden ver salpicados el ex presidente Vicente Sala y el ex director general López Abad.

El anterior equipo será investigado:

No sólo el consejo de administración de la CAM actual va a ser objeto de la investigación del Banco de España. Los problemas de la caja datan, al menos, de 2007, por lo que el anterior presidente, Vicente Sala, también puede verse salpicado. Además, el Banco de España también juega el papel del equipo directivo, máxime en una caja que tiene delegado en él toda la gestión. El ex director general Roberto López Abad y su sucesora, María Dolores Amorós, que apenas lleva medio año en el cargo deberán dar explicaciones de lo ocurrido.

La caja se adjudicará a la entidad que menos ayuda pida

Los 2.800 millones que aportará el banco emisor son insuficientes

La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) será adjudicada a la vuelta del verano en un procedimiento de subasta a la inversa, es decir, no al que más pague, sino a quien menos ayudas pida. La situación de la entidad es tan débil que los 2.800millones de euros que le va a inyectar el Banco de España son insuficientes para garantizar su futuro. Ese dinero únicamente servirá para que el capital de la caja llegue al 10% mínimo que necesita para operar. Pero con esos fondos no se atienden los problemas de saneamiento de la caja que van a aflorar en cuanto los interventores nombrados por el Banco de España –elmismo equipo que gestionó CajaSur– saneen las cuentas.

El supervisor no quiso el pasado viernes que se conocieran las verdaderas cuentas de la CAM al cierre del mes de marzo. Las va a revisar y donde la caja dijo que ganó 39 millones de euros aparecerán notables pérdidas fruto del saneamiento del balance. Con ello se reducirá la solvencia de la CAM, de forma que será necesario aportar dinero extra. ¿Lo harán los posibles compradores? Lo normal, dicen fuentes financieras consultadas, es que el agujero lo termine de tapar el Estado. Ayer EL MUNDO reveló que el quebranto puede ascender a 4.500 millones de euros.

La CAM despierta mucho interés. El Santander, el BBVA, La Caixa, Banco Popular, Banco Sabadell, Barclays e Ibercaja –con la que la CAM negoció un acuerdo en las últimas semanas sin éxito– analizarán a fondo el balance antes de presentar su oferta.

La clave es que casi todos ellos son ya bancos cotizados –con la excepción de Ibercaja, que es la única más pequeña que CAM–, por lo que no pueden hacer apuestas arriesgadas como la que BBK hizo en su día por CajaSur. Aquella operación costó 392 millones de euros. Menos, en todo caso, que el rescate de CCM y su integración en CajaSur, que superó los 4.100 millones. La ayuda se puede articular a través de un Esquema de Protección de Activos (EPA), usado ya enCCM y CajaSur, que protege al comprador de la morosidad que surja en una cartera de créditos fijada de antemano.

Aquella entidad que menos red de seguridad solicite, se quedará con la caja. Si es uno de los grandes, fijará una distancia casi insalvable en el liderazgo de la banca comercial en España. Algunas fuentes apuntan que la opción más factible es La Caixa, por la facilidad que supone integrar de facto dos cajas. Pero Santander, quien ya declaró que la CAM le agradaba y mucho, al igual que el BBVA, darán fuerte batalla.

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