Enfado por la actitud del sector
A pesar de los recurrentes rumores de entrada de fondos de inversión en cajas de ahorros, todavía no se ha producido ninguna operación de este tipo. La razón es que siguen sin fiarse de lo que pueden encontrarse dentro de las entidades y les exigen provisiones mucho mayores que las actuales para hacer frente a las pérdidas en crédito moroso y activos inmobiliarios. Además, muchos inversores están enfadados con la actitud de unos gestores que actúan como si todo fuera bien e incluso publican unos resultados increíbles.
Así lo aseguran tanto fuentes del mundo de la inversión como de las propias entidades. E incluso ponen cifras: “Los inversores quieren que la entidad en la que entren provisione entre el 40% y el 50% del total de activos problemáticos, incluyendo todo el crédito promotor –aunque no esté en mora- y los activos inmobiliarios. Y no de la diferencia con el valor de las garantías, que nadie se cree, sino del importe total”, explican en una entidad. La circular contable exige provisionar sólo la diferencia con dicho valor.
Como ha explicado El Confidencial, los fondos extranjeros prefieren entrar a través de un banco español que se fusione con la caja correspondiente y realice una ampliación de capital de la entidad resultante. Es a ésta a la que se le aplicarían esas exigencias de provisiones.
“Pero son imposibles de cumplir, porque su importe equivale a cuatro o cinco años de beneficios de una entidad media. Eso explica por qué todavía no hemos visto ninguna entrada de fondos en las cajas”, añade la citada fuente.
Desde un fondo internacional, añaden que la alternativa para atraer este capital es bajar muchísimo las valoraciones, hasta niveles de 0,2-0,3 veces el valor en libros. “Pero eso es inasumible para los actuales gestores de las cajas, que a esos precios tendrían que entregar el control absoluto de la entidad a los inversores, y no están dispuestos a perder el poder”. Como también ha contado este diario, los fondos exigen una rentabilidad del 10% anual para poner dinero en las cajas.
Por ejemplo, NovaCaixaGalicia ha establecido que, si las ofertas de capital privado tienen una valoración inferior a 0,5 veces el valor en libros, prefiere irse al FROB. Asimismo, no está dispuesta a que los inversores tengan un porcentaje superior al que le quede a la caja tras la entrada del Estado, lo cual dificulta enormemente la entrada de este dinero.
Los gestores siguen negando la realidad
Esto nos lleva a otro obstáculo para la privatización de las cajas: la actitud de sus gestores. Las fuentes consultadas aseguran que fuera de España hay bastante asombro y enfado con este empeño en aparentar que las entidades están bien, que “aquí no pasa nada” y que están en disposición de elegir quién quieren que entre y quién no.
“Los inversores están alucinados de cómo se presentan y de su desconocimiento de lo que necesita el mercado, que tiene muy claro cuál es el panorama y lo que hace falta hacer”, explica una tercera fuente.
El ejemplo más claro de esta actitud son los resultados del primer trimestre: ninguna caja está en pérdidas y algunas incluso dan incrementos del beneficio “increíbles”. El viernes pasado, CatalunyaCaixa anunció un crecimiento del 367% de su beneficio gracias a la venta de Repsol, aunque sin ella el resultado sólo habría caído el 5,2%... cuando el margen de intereses se hunde el 45%.
Lo mismo cabe decir de Bankia, que da un aumento del 15,6% del beneficio neto. La explicación, evidentemente, reside en las menores provisiones; es decir, justo lo contrario de lo que piden los inversores.
“Están haciendo lo contrario de lo que deben; en vez de desnudarse, reconocer las pérdidas y provisionar todo lo que puedan, están negando la realidad y alargando la situación porque creen que así dan una imagen mejor de la entidad de cara a su venta. Pero lo que consiguen es que nadie se fíe de ellas y, en consecuencia, que nadie invierta”, concluyen desde el fondo consultado. |