JOSÉ A TRIGUEROS PINA Con los cambios producidos en el perímetro bancario en los últimos tiempos, se ha abierto un amplio abanico de opciones y posibilidades para la banca, tanto que a veces da la sensación de estar en medio de un complejo laberinto, el de un sector que ha sufrido procesos complejos, tensionados por una crisis financiera y la evolución del mercado inmobiliario.
En la adecuada dimensión de esas posibilidades, y de las incertidumbres sobre la evolución de la economía española, descansa en parte el futuro de nuestra provincia. La CAM, como la entidad financiera alicantina de referencia, en la que muchos de nosotros hemos confiado nuestros abonos y proyectos desde hace décadas, debe seguir asumiendo un papel fundamental en la economía de nuestro entorno, trabajando todas las instituciones para que mantenga una importante presencia en la zona. Nuestro futuro, depende en gran medida de las decisiones que hoy se tomen y de cómo se afronten los nuevos retos. Es cierto que estamos en un entorno de crisis financiera, con riesgo sistémico importante que afecta a todo el sistema bancario, y que la incertidumbre en los mercados es la tónica dominante, y que además CAM ha sufrido un proceso de SIP o fusión fría, que ha tenido un doble recorrido, de ida y vuelta, con la ruptura del Banco Base.
Tras la ruptura de Banco Base, ahora se abren varias posibilidades para cubrir las necesidades de capital necesario: acudir a los mercados; búsqueda de inversores; venta de activos, y acudir al FROB. Esta última opción ha sido la elegida, con la bendición del Banco de España y del propio FROB, por lo que la CAM ha tenido que presentar un plan de recapitalización que ya contempla medidas concretas para su desarrollo y gestión a medio plazo, que pasa por una estrategia de medidas financieras, y de gestión que mejoren la organización, refuercen y mejoren la eficiencia y busquen la optimización de recursos y el ahorro de costes. Creo que es fundamental que el Banco de España avale, como no puede ser de otra forma, estas medidas, desde la sensatez, demostrando tal y como ha anunciado la viabilidad y solvencia del proyecto de CAM.
Evidentemente se puede discutir de muchos detalles que sean opinables, pero no se puede pedir una mayor diligencia en el cumplimiento de los plazos. Por tanto, se ha abierto una nueva etapa para las cajas de ahorro, que ahora deben jugar con las normas de los mercados, y ahí con los ajustes necesarios, se pueden obtener resultados muy interesantes, ya que esta crisis provocará nuevas oportunidades de negocio, que seguramente ni tan siquiera existían hace unos años, y si una entidad ha sido pionera en nuevos desarrollos ha sido CAM, como por ejemplo en la emisión de Cuotas Participativas (lo que permitió contar con un potente instrumento que otras cajas no tenían: su 7,5% de cuotas participativas emitidas en julio de 2009 a través de una oferta pública de venta, posibilitando el poder cotizar en un mercado secundario oficial), por lo que estamos seguros que podrá aprovechar las nuevas oportunidades que indudablemente surgirán.
Desde el Colegio de Economistas apostamos por mantener una caja en nuestro entorno cercano, con una mayor profesionalización, primando el talento y las valoraciones de los proyectos con criterios puramente económicos, que mantengan su solvencia, tal y como ya ha confirmado el Banco de España. En los últimos meses, todos hemos asistido a los vaivenes políticos y financieros con diferentes posibilidades, y que han desembocado en el fin del proceso de SIP donde la CAM ha cumplido escrupulosamente todos sus compromisos.
El futuro es posiblemente incierto por el riesgo sistémico del sistema financiero, pero si CAM sabe diferenciarse, aprovechando todas sus fortalezas: el enorme capital humano que se ha creado desde hace años, la implantación de su red comercial, su capacidad en comercio exterior, su plantilla optimizada, y su presencia en el sector industrial, así como otros aspectos básicos, como la incorporación de consejeros independientes y la participación de los colegios profesionales, su competitividad estará garantizada. Porque no hay que olvidar que a pesar de todo, la CAM tiene un futuro en Alicante, porque la necesitamos. |