Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, volvió ayer a Frankfurt después de dos días de reuniones en Madrid en las que se ha interesado, entre otros temas, por la marcha de la reestructuración del sector financiero. En su única comparecencia pública en unas jornadas de KPMG, el guardián del euro no lanzó ni un reproche a Miguel ÁngelFernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, ni a los máximos representantes de los bancos y las cajas presentes en el acto. Aunque la banca española - y, en especial, las cajas-preocupa a los mercados, Trichet fue diplomático. No se sabe si fue por ese deseo de quedar bien o por casualidad, pero el hecho es que el presidente del BCE salió del hotel Intercontinental, en plena Castellana, y buscó un cajero para sacar efectivo. Encontró uno de la CAM, la maltrecha caja alicantina, y no se lo pensó. La entidad, que recibirá 2.800 millones del Estado para recapitalizarse, proveyó así de liquidez al jefe del BCE. ¡Ver para creer! ...
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