La información de los inspectores será clave para no recurrir a ayudas públicas
Se acerca el final de la partida de póquer; Los jugadores que se quieren llevar la Caja Mediterráneo (CAM) ultiman sus estrategias: unos han lanzado faroles, otros esperan a que alguno se levante de la mesa y los hay que solo jugarán fuerte en el último minuto; Tras separarse los tres socios (Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria) y pedir 2800 millones al fondo de rescate, la entidad alicantina se enfrenta a un futuro incierto: encontrar un comprador en abril o que el Estado tome más del 70% del capital, releve a los gestores y subaste la entidad, en un largo e incierto proceso.
En 15 días se sabrá si alguien se lleva la CAM sin ayudas públicas. Las entidades que han pedido formalmente toda la información para hacer una oferta son: Santander, BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell, Unicaja, Ibercaja, las cajas vascas (lideradas por BBK) y BNP Paribas. Alguna de estas entidades, las medianas, han recibido ofertas de algunos grandes fondos internacionales que estarían dispuestos a financiar la mayor parte de la compra (es decir, los agujeros que pueda tener), si la entidad financiera gestionara la CAM. Aun así, la CAM es una opción arriesgada para ellas. Si las cajas se hicieran con su rival, podrían contar con ayuda parcial del fondo de rescate, que tendría una participación minoritaria en el Consejo de Administración.
La clave, como dijo Ángel Cano, consejero delegado del BBVA, será el precio. Y para afinar en el importe hace falta más información de la que hasta ahora se ha facilitado, dicen los posibles compradores. Tras hablar con los auditores, ahora piden que sean los inspectores del Banco de España que escudriñaron la CAM a finales de 2010 los que cuenten todos los secretos, con la autorización de la entidad, que no pondría pegas.
Se trata de averiguar la morosidad de grandes clientes y de los préstamos de diferentes importes, como se hace en Estados Unidos. Estos inspectores exigieron a la caja que incremente las provisiones en 600 millones a finales de enero. Esos últimos activos detectados pueden ser la clave para saber el valor de la CAM, que cuenta con 2.100 millones de recursos propios. "Sin estos datos es casi una compra a ciegas. Si no dan más detalles, lo más posible es que acabe en una subasta con ayuda pública, al estilo de Cajasur", dice un directivo de una entidad implicada que pide el anonimato. El banco de inversión Nomura dirige la operación.
Al principio, todos despreciaron la CAM por sus grandes problemas en promotores y suelo. Pero hay mucho en juego: el liderazgo en banca comercial. La entidad tiene casi 1.000 oficinas que podría cambiar el mapa bancario. Hasta ahora el que más sucursales tiene es La Caixa, con 5.409, pero no está en la partida pese a que fue la primera a la que el supervisor pidió ayuda para rescatar a la CAM. La caja catalana argumentó que no podía meterse en esta operación porque rompería su salida a Bolsa, prevista para el 1 de julio.
Si se la quedara el Santander, que aglutina 4.619 sucursales, incluyendo Banesto, tomaría el liderazgo indiscutible en España. Mala noticia para el BBVA porque su rival le sacaría una distancia imposible de recortar. Pero ambos tienen mucho "riesgo España" y suficientes ladrillos; por eso prefieren que se la quede una de las cajas o un banco mediano y que el statu quo del sector no se altere. Bankia cuenta con 4.500 sucursales, aunque cerrará una parte de ellas. Los dos grandes son los favoritos del supervisor porque tienen capacidad de asumir los problemas del ladrillo de la CAM. Y sería el mejor cierre de la crisis generada entre el presidente de Cajastur, Manuel Menéndez, y Modesto Crespo, de la CAM.
En el mercado se apuesta por Ibercaja porque es una entidad fuerte pero que no ha resuelto su futuro a medio plazo porque tiene un tamaño (43.000 millones) que será insuficiente en dos o tres años. El problema -y lo bueno- es que la CAM tiene 75.000 millones de activos. La operación asusta a los gestores de la entidad aragonesa, pero son conscientes de que les encaja como anillo al dedo, pues la caja tiene poca red en la Comunidad Valenciana y Murcia. En esa región, la CAM aglutina el 61% de su red. Amado Franco, presidente de Ibercaja, no tiene fama de ser el más arriesgado.
Unicaja todavía tiene menos red que Ibercaja en la zona, pero está inmersa en un proceso de absorción de Caja Duero-España, aunque algunos dicen que no hay que descartar nada. La BBK es otra opción: ya negoció con la CAM hace meses, pero la arrogancia y la injerencia política impidieron el acuerdo. Ahora los vizcaínos están fusionándose con los guipuzcoanos y alaveses, pero esta operación sería "casi la refundación del BBVA", dice un ejecutivo. "Las cajas tienen la ventaja de no tener que dar explicaciones en Bolsa. Pueden arriesgarse más porque está claro que la compra de la CAM es mala para hoy pero buena para mañana, cuando pase la crisis", concluye un experto. La partida de póquer continúa y el riesgo para el organizador es que los jugadores se levanten de la mesa. |