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Cristina de la Sota - Madrid - 07/04/2011

Bankia ha dado un paso decisivo para tratar de convencer a los inversores de las bondades del negocio que sacará a Bolsa. La entidad ha decidido dejar fuera de la futura cotizada parte de sus activos más problemáticos con el objetivo de optimizar su valoración y garantizar la colocación. En el mercado aseguran que es un paso en la buena dirección pues despeja la incógnita de la limpieza del balance. Eso sí, recuerdan que el problema de los activos inmobiliarios no desaparece a largo plazo y como siempre ligan el éxito de la OPV al precio, algo que también dependerá de la capacidad del banco a la hora de presentar un modelo de negocio convincente.

Bankia, sin segregar del todo el negocio inmobiliario en una entidad nueva como hizo La Caixa, ha optado por una fórmula que también busca vender al accionista potencial un negocio libre de los activos más problemáticos. En otras palabras, saldrá limpio de suelo y aglutinará lo mejor del negocio para garantizar el interés de los inversores. Una decisión que se ajusta a las exigencias del mercado.

"De cara a los inversores es interesante porque se deja lo más atractivo en Bankia aunque el problema de los activos tóxicos sigue ahí", explica Pablo García, director de análisis de Oddo Securities. "Al final todo dependerá del descuento que ofrezcan", añade Alberto Roldán, jefe de análisis de Inverseguros.

Lo mejor para el accionista

Banco Financiero y Ahorro (BFA) traspasará a Altae Banco el negocio bancario, las participaciones asociadas al negocio financiero y otros activos y pasivos. La entidad no ha detallado aún cuáles serán exactamente, puede que incluya alguno inmobiliario, ni tampoco ha concretado qué participaciones financieras formarán Bankia, incógnitas clave. Pero todo apunta a que se reservará lo mejor para el accionista potencial.

Lo que sí se sabe es que Banco Financiero y Ahorro, el banco no cotizado del grupo, será el accionista de control de Bankia y aglutinará los activos financieros más problemáticos. Así, el suelo adjudicado, la financiación de suelos en situación dudosa y subestándar, algunas participaciones societarias -también sin detallar- y la caja necesaria para hacer frente a sus obligaciones de pago formarán parte del activo, mientras que el pasivo contará con las ayudas públicas y las emisiones de instrumentos financieros.

El futuro accionista será propietario de Bankia pero al final BFA será el principal propietario de la cotizada. Antes de que salga a Bolsa tendrá el 100% y su participación se reducirá dependiendo de la cantidad que coloque en mercado. Por tanto la duda que surge es lo que ocurrirá si la matriz, BFA, necesita capital en algún momento. Rodrigo Rato, presidente de Bankia, subrayó ayer que el Banco Financiero y de Ahorros será una entidad que tendrá instrumentos y financiación suficientes como para tener flujos constantes que permitan su financiación y la generación de beneficios.

Todo indica, por tanto, que las participaciones industriales de la caja y los dividendos que reciba de Bankia servirán para financiar los activos problemáticos de la entidad, pata del negocio que también contará con las ayudas del FROB (4.465 millones), a las que, eso sí, también tendrán que pagar los intereses. La cuestión que se plantea es si el accionista futuro de Bankia estará totalmente liberado del riesgo que pueda suponer una depreciación adicional de los activos problemáticos que se quedan en BFA. Bankia ha hecho un esfuerzo por poner el contador a cero y a cierre de 2010 realizó provisiones por 9.200 millones para hacer frente a los escenarios económicos más adversos, cifra a la que hay que sumar también provisiones genéricas por 1.578 millones más y un cargo anticipado al coste de la reestructuración de 1.428 millones. La cuestión es si será suficiente.

"El accionista no será propietario de esos activos dudosos. Tendría que darse una situación muy extrema para que le afecte. El problema lo tendría Banco Financiero y Ahorro", explican en el mercado. Por tanto, imaginando que se diera un caso extremo y la entidad se viera obligada a provisionar o a tapar un agujero inesperado por la depreciación del suelo, el margen de maniobra de BFA resultaría limitado. "Tendrían que vender las participadas y eso podría suponer desprenderse de una participación adicional de Bankia. Al final podría salpicar a la acción", añaden.

La operación para muchos es razonablemente buena para convencer al accionista y algunos expresan más miedo al modelo de negocio que al balance. "Tendrá que explicar bien su estrategia", concluye Joaquín Casasús, de Abante.

Las claves

1. Activos. Bankia saldrá a Bolsa con unos activos totales de 275.000 millones de euros y un valor neto patrimonial de 12.000 millones.

2. Valoración. Si Bankia sale valorada entre 0,5 y 0,8 veces su valor en libros, los precios que se manejan en mercado, su capitalización de mercado oscilará entre los 6.000 y 9.600 millones.

3. Negocio. El primer reto para Bankia consiste en eliminar dudas sobre el balance del negocio que quiere sacar a Bolsa. El siguiente será convencer a los inversores del potencial del negocio. Los expertos comentan que para lograrlo deberá ofrecer un precio atractivo ante las dudas que suscita su dependencia de España.

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